Melbourne.- El griego Stefanos Tsitsipas (3), que se ha reencontrado con su mejor versión tras una temporada llena de dudas, intentará frenar al coloso Novak Djokovic (4), en una final del Abierto de Australia (19:30 horas) que determinará al nuevo número uno mundial.
Djokovic tendrá entre ceja y ceja los 22 grandes del español Rafael Nadal (1), que podría igualar en el caso de proclamarse campeón ante un Tsitsipas que buscará su primera conquista ‘slam’.
“Estoy jugando un gran tenis, disfrutando conmigo mismo. No veo tantos bajones o negatividad, incluso aunque no funcionen las cosas. Estoy muy optimista, eso es algo que me faltaba en mi juego”, explicó Tsitsipas tras su victoria en cuatro sets frente al ruso Karen Khachanov (18).
Su lenguaje corporal en pista no es tan tenso como lo fue durante una campaña pasada en la que el griego se frustró al ver que sus grandes expectativas como joven promesa no se cumplían, con duras derrotas como aquella en tercera ronda de Wimbledon ante un Nick Kyrgios que agotó su paciencia.
Su único gran resultado fue la defensa del título en Montecarlo, una corona que ha levantado en dos ocasiones y que, junto a las Finales ATP de 2019, conforman sus grandes logros de un palmarés que podría incluir un Grand Slam este domingo.
Será la segunda vez que el joven de 24 años dispute una final de un ‘slam’, después de que se quedara a un paso del título ante el mismo contrincante, en París en la edición de 2021.
En aquella ocasión, el balcánico, que no recordó o no quiso recordar ese partido en una de sus últimas ruedas de prensa, fue capaz de remontar dos sets de desventaja por primera vez en una final de un ‘major’.
Tsitsipas respondió que él tampoco lo recordaba, para quitar hierro al dudoso lapsus de su rival, y se centró en su reinvención tenística y mental que le han llevado a disputar una nueva final de Grand Slam.
Tendrá la ardua tarea de privar al maestro de Belgrado del que sería su vigesimosegundo ‘major’, con el que igualaría al balear, así como de poner fin a la incontestable racha de 27 partidos consecutivos sin conocer la derrota en el Abierto de Australia.
Djokovic también podría superar los 92 títulos del circuito profesional que posee el de Manacor y situarse el cuarto de una lista liderada por el estadounidense Jimmy Connors con 109.
A todos estos alicientes habrá que sumarle el hecho de que Melbourne Park contará con la presencia de miles de aficionados griegos y serbios como consecuencia de que ambos países cuentan con vastas comunidades en la capital del estado australiano de Victoria.
El balcánico, que superó sus problemas en el muslo izquierdo, ganó las nueve finales disputadas en la Rod Laver Arena y cuenta con un balance positivo de 22-11 en finales Grand Slam.
Todas estas cifras instan al jugador de Atenas a ofrecer su mejor repertorio para frenar a un ciclón que se impuso en 88 de sus 96 partidos disputados en el Abierto de Australia desde su debut en la edición de 2005.
El australiano Kyrgios, que no pudo disputar este torneo por lesión, fue la última víctima del de Belgrado en una final de Grand Slam, tras caer en la última edición de Wimbledon.
El de Camberra se apuntó el primer set pero no fue capaz de mantener la concentración, y por consiguiente su nivel tenístico, ante un Djokovic que en la mayoría de sus partidos va de menos a más, y ese menos suele ser un nivel bastante elevado.
Tsitsipas deberá tomar nota de lo acontecido en el Old England Tennis Club aquella tarde de julio para ser consciente de que para doblegar al serbio tiene que rozar la perfección mental y tenística en todo momento.
El balcánico cuenta con un contundente cara a cara (10-2) frente a su siguiente rival, después de que se impusiera en las últimas nueve ocasiones.
“Fue la primera vez que remonté un 2-0 en una final de Grand Slam, era también su primera final. Es uno de los chicos más interesantes del circuito, con su melena… Dejemos que gane el mejor jugador”, dijo sobre el que será su próximo rival.
Tsitsipas llegó a la final tras superar en rondas previas al francés Quentin Halys, al local Rinky Hijikata, al holandés Tallon Griekspoor, al italiano Jannik Sinner (15), al checo Jiri Lehecka y al ruso Karen Khachanov (18).
Por su parte, Djokovic se impuso al español Roberto Carballés, el francés Enzo Couacaud, el búlgaro Grigor Dimitrov (27), el australiano Alex De Miñaur (22), el ruso Andrey Rublev (5) y el estadounidense Tommy Paul.
Su lesión en el muslo izquierdo que le complicó las cosas en sus encuentros de segunda y tercera ronda, no fue el único contratiempo después de que su padre, Srdjan Djokovic, apareciera en un vídeo con unos seguidores del líder ruso Vladimir Putin sujetando una bandera de este país.
“No es agradable para mí atravesar esto después de todo lo que tuve el año pasado y este año en Australia. No es algo que quiero o necesito”, dijo Djokovic en su última rueda de prensa tras su victoria sobre Paul. EFE