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Santo Domingo

Drama policial, despecho, soledad y codicia en Convivencia

Humberto Almonte

Analista de Cine

Cuando se habla de zonas conflictivas nos vienen a la mente ciertos barrios de clases bajas, las franjas fronterizas, las costas desde donde parten los viajes ilegales o espacios para adquirir estupefacientes. La verdad es que como nos muestra la película Convivencia, nuestros edificios de apartamentos parecen en ocasiones terrenos destinados a los conflictos bélicos.  

En los últimos tiempos nuestro cine ha posado su mirada en las unidades mínimas de convivencia social, sean laborales o habitacionales, sitios ambos en donde pasamos la mayor parte de nuestras vidas, y por lo tanto, susceptibles de provocar roces que pueden escalar hasta niveles de violencia mayúscula, algunas veces mal disimuladas por los formalismos sociales dominicanos, en todos los niveles de la sociedad. 

 La película es un thriller dramático que muestra cómo, luego de la misteriosa muerte de un inquilino en un condominio de Santo Domingo, el resto de los condóminos son citados por la policía para fines de interrogación. En una estrecha habitación y en espera del oficial a cargo, la tensión y el miedo se apodera de los sospechosos, provocando que se acusen entre ellos hasta que cada uno pruebe su inocencia frente a los demás. Pero...uno de ellos miente.

José Gómez de Vargas dirige, por su parte Tony Gómez Guzmán es responsable de la producción y el guion. El elenco lo componen Francis Cruz, Pachy Méndez, Gerardo Mercedes, Niurka Mota, Karina Valdez, Ángela Bernal, Mario Núñez, Ruth Emeterio y Roger Wasserman.

Convivencia posa su mirada en los individuos que residen en un edificio cualquiera de Santo Domingo, quienes van paulatinamente despojándose de sus caretas y de los roles sociales que desempeñan, echándose en cara sus resentimientos y miserias en una catarsis colectiva que inicia con una tragedia y termina con otra. 

Inmersión profunda en el espacio habitacional local

Gómez de Vargas y el guionista Gómez Guzmán  atinan al enmarcar su obra dentro del drama policial, permitiendo que la audiencia  vaya estableciendo un retrato de cada personaje según avanza la investigación, y por otro lado, dejándonos pistas muy sutiles mediante los diálogos o las miradas, pistas que, nos servirán al final para tener un panorama completo de lo que narra película.  

La atmósfera que se logra no parte de una construcción que descanse casi completamente en elementos técnicos como la fotografía, la iluminación o la dirección de arte, pues Convivencia se asienta en una sólida dramaturgia que privilegia una relación simbiótica entre la guiostica, los diálogos, las intervenciones actorales o la precisión rítmica de su montaje, obra también de José Gómez de Vargas.  

El filme hurga en ese inconsciente colectivo al que se refería Carl Jung, para diseccionar los personajes que, como producto de una sociedad tan compleja y caótica como la dominicana, se muestran de manera descarnada trayendo a la luz esos detalles existenciales que los mueven  en su búsqueda de la supervivencia, dentro de los cuales sobresalen el despecho, la soledad y la codicia. 

La coralidad actoral plantea ventajas y desventajas, y dentro de estas últimas está la de mantener la adecuada intensidad dramática dentro de un grupo extendido, pero en el caso de esta película, el elenco aguantó el reto y elevó esta obra hasta un nuevo nivel, al igual que su director que condujo ese colectivo con mano firme, extrayendo lo mejor de ellos. 

Dentro de este universo interpretativo, cuyo alto nivel expresivo estuvo impregnado en cada imagen, entregaron sus aportes Francis Cruz, Niurka Mota, Ángela Bernal y Ruth Emeterio, observando también puntuales e incisivas intervenciones de Mario Núñez, Pachy Mendez como Ana y Roger Wasserman, que como el médico  Juan, descargó las intensidades  de un personaje muy complejo.  

Dos apariciones actorales llamaron de sobremanera  mi atención, la de Gerardo Mercedes como Luis, administrador del edificio, cuya intensidad  e ironía es un elemento clave para la construcción de una atmósfera dramática que es el punto fuerte de la película  y  la otra es la de una  Karina Valdez quien se sumerge en el personaje de Ofelia, dotándola de unos matices cuya riqueza traspasa la pantalla en lo que es quizás su mejor trabajo en el cine hasta ahora.  

¿Convivencia o guerra de baja intensidad?

Ana, Daniel, Juan, Ofelia, Julia, Luis, Martínez o Dona María, son el vehículo utilizado por el realizador para en un nivel micro, situarnos en un estilo cercano a la realidad para graficar “la convivencia” de quienes residimos en esas unidades habitacionales llamadas edificios y dibujando con trazos finos los problemas a los que nos enfrentamos, como son los ruidos, las deficiencias administrativas y de servicios o los conflictos por las intromisiones en la privacidad. 

Convivencia de José Gómez de Vargas es un drama policial que hurgando en el trasfondo de los habitantes de un condominio logra construir un retrato bastante preciso de los componentes de la sociedad dominicana con sus traumas y simulaciones. La película sobresale debido a las fortalezas que están asentadas en su guion, sus diálogos, el ritmo de su montaje y en un elenco actoral de primer orden, convirtiéndola en una de las obras cinematográficas dominicanas más destacadas del 2023.   

 

 

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