Johnny Sánchez
Según los resultados de la encuesta de gastos de los hogares hecha en último Censo, hay cerca de ¾ de un millón de trabajadores en casas de familia, entre empleadas del servicio doméstico, choferes, guardaespaldas y secretarios, o como le llamen a todo el personal de una casa en RD.
Sin embargo, menos del 15% cuentan con aportes a la seguridad social hechos por patrón y empleado con relación simbiótica.
Darles derechos y sacarlos de la informalidad es algo justo. En la base de datos del Sistema Único de Información y Recaudo (SUIR) hay registrados 1,586,809 empleados al 31 de agosto del presente año y 719,189 ganan menos de RD$10 mil.
Si los tratamos como familia, debemos cubrirles sus necesidades y ellos saben que si le dicen váyase, no tienen en que caerse muertos.
Por eso hay tanta informalidad en nuestra economía y la fomentan y auspician desde arriba todo el que puede más con dinero, que el infeliz sirviente que no sabe ni defenderse.
Te contraté de boca, te use 4 años y te despido de boca cuando quiera y cuidadito que te meto preso, es la forma sutil de despedirlos.
Los derechos a los que accederán las trabajadoras para las que se contrate la cobertura de salud y desempleo que serán los mismos con los que cuentan los empleados que están bajo relación de dependencia en una empresa, es un logro.
Así, cuando se produce un accidente, ya sea en el espacio de trabajo o en el camino hacia o desde ese lugar, la aseguradora SENASA deberá brindar la atención médica y hacerse cargo de la rehabilitación, creo.
También deberá asumir los tratamientos por enfermedades que se hayan contraído a causa del trabajo, y pagar indemnizaciones en los casos de incapacidad o muerte derivada de un accidente del trabajo.
Todavía debemos educarnos sobre tema y explicarles a servicios domésticos sus derechos y deberes, eso es lo justo.
Servicio doméstico sabe interioridades de la familia, se les exige discreción, fidelidad y compromiso. Son pasibles de demandas.