SEATTLE. Parece que lo único que le hacía falta a Carlos Estévez para alcanzar otro nivel de calidad era “bajar de nivel” de elevación.
Así lo expresa el derecho dominicano, convocado al Juego de Estrellas como integrante de los Angelinos, en su primera temporada fuera de los Rockies, con los que lanzaba en el Coors Field de Colorado como su estadio local.
“¿La verdad? Pitchar al nivel del mar”, dijo Estévez al explicar cómo ha pasado de ser un lanzador con efectividad de por vida de 4.59 en sus primeras seis campañas de Grandes Ligas a registrar un brillante promedio de carreras limpias de 1.80 en 36.0 entradas este año en Los Ángeles-Anaheim, con 21 juegos salvados en igual número de oportunidades.
La sede de los Rockies, Denver, es famosa por ser la ciudad a la “Altura de una Milla”, que en realidad tiene una elevación de 1,609 metros, o 5,280 pies. Desde el debut del equipo de Colorado 1993, la forma en que la altitud afecta el juego, con batazos mucho más largos, un agarre difícil de la bola y un rompimiento a veces inexistente de los pitcheos secundarios perjudicando desde siempre a los lanzadores.
En el caso de Estévez, el serpentinero de 30 años lleva efectividad de por vida de 5.57 en el Coors Field, su casa del 2017 al 2022. En el Angel Stadium, su nuevo hogar, ese promedio de carreras limpias en su carrera es de 1.83.
“Cada vez que sales al Coors Field, tienes que hacer el ajuste. ‘Ah, mi rompiente, ahora tengo que tirarlo un poquito más bajito, más alto’”, explicó Estévez. “Es una cosa que tienes que hacer el ajuste todas las semanas. Entonces, ahora, que puedo hacerlo más consistente, que no tengo ni siquiera que cambiar, porque no voy a otra altitud, eso me ha ayudado muchísimo”.
Sin duda. Utilizando principalmente una recta de cuatro costuras que promedia 97.1 millas por hora (percentil 93 de MLB) que complementa con un slider y un cambio ocasional, Estévez ha logrado EFE+ de 247 en el 2023, es decir, 147 grados mejor que el promedio de Grandes Ligas.
“La carga de trabajo es un poquito más suave en cuanto a lo mental y al ajuste de los pitcheos”, concluyó Estévez al hablar de los beneficios de salir de Colorado.
TESTIGO DE LA GRANDEZA DE OHTANI
Tras firmar por dos años y US$13.5 millones con los Angelinos en el invierno del 2022-23, Estévez ha podido ver de cerca cómo trabaja el fenómeno multifacético Shohei Ohtani, el mejor pelotero del planeta ahora mismo.
“Lo de Ohtani es una cosa increíble”, comentó Estévez. “Eso, no lo vamos a ver de aquí a 100 años. Nosotros somos dichosos de que lo estamos viendo en nuestra generación”.