Esta sugerencia se desprende de su informe correspondiente al 2023, en el que la ONDP detalla la situación de salud de la población penitenciaria en ese año, señalando la prevalencia de enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes y trastornos mentales, y las implicaciones de la falta de tratamiento adecuado.
En concreto, la principal patología en los distintos centros de privación de libertad de República Dominicana es la hipertensión arterial con 1,569 afectados, seguido de la diabetes con 726, enfermedades mentales con un número preocupante de 508, y el VIH con 431 infectados.
«Esta última cifra llama a reflexionar sobre lo permisivos que son los centros tradicionales para permitir el ingreso de trabajadoras sexuales», despliega el organismo en el documento recibido este lunes por la prensa.
Sin embargo, agrega, la mayoría de los privados de libertad no tienen acceso a tratamiento o a medicamentos generales, mucho menos los necesarios para atender enfermedades como la diabetes o los que necesiten medicamentos de uso contralado para patologías mentales.
Más aún, la ONDP, considera que, aunque en la mayoría de los centros existen médicos el servicio de salud proporcionado es superficial, puesto que ningún centro cuenta con laboratorio para investigar el origen de cualquier patología existente o que se pueda presentar, y darle solución definitiva al problema.
“El interno tiene que ser sacado del centro para cualquier análisis; además, tiene que cubrir los gastos médicos cuando visita a un especialista y, cuando es referido fuera, debe cubrir el costo de algunos estudios, ya que muchos hospitales de la región no cuentan con los equipos necesarios para investigar el problema”, indica.
El porcentaje de enfermedades presentes en la población carcelaria en 2023, según condición médica, lo encabeza el asma, que representa un 333 7.60%; las afecciones de la piel 264 6.03%; con tuberculosis 157 3.58%. Mientras, en menos proporción están condiciones como cardiopatías en un 119 2.72% hepatitis 69 1.57%; discapacidad física 44 1.00% y discapacidad visual 13 0.30.
El documento servido por la ONDP, trae como contraste una muestra de centros penitenciarios como el de Pedernales, donde alega que no hay médicos y la enfermera asignada lleva mucho tiempo de licencia médica.
