Humberto Almonte
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Analista de Cine
Una de las artes que siempre acompaña al cine desde sus inicios es la música, pues las proyecciones tempranas del cine se amenizaban con grupos o individualidades musicales que hacían de complemento narrativo a las imágenes. Hago esta necesaria aclaración porque en lamentables lapsus conceptuales e históricos estos datos suelen olvidarse.
La definición de videoclips hecha por la Real Academia de la Lengua Española es clara: “Cortometraje en que se registra, generalmente con fines promocionales, una única canción o pieza musical.”. Esta definición, aunque bastante parca, determina de manera bastante concluyente la inclusión del videoclip dentro del cine de duración corta, la ampliación de los matices ya son materia de la concepción de cada creador cinematográfico o especialista analítico del audiovisual.
En la búsqueda de observar estos cortometrajes con base musical hemos apuntado a obras que cubran varias épocas hasta llegar a nuestros días, por lo cual elegimos tres: Now del maestro documentalista cubano Santiago Álvarez, Thriller de la figura del horror John Landis y All Too Well de la cantautora de moda Taylor Swift.
Los cortometrajes musicales
Now (Cuba)- 1965 –
Duración: 5:27 minutos.
No podían faltar los latinoamericanos en la discusión, y desde este lado del mundo, el primer videoclip se atribuye a Now (1965) del documentalista cubano Santiago Álvarez, quien le montó a la canción de Lena Horne imágenes que la convierten en un poderoso mensaje contra el racismo. Álvarez se apropió de fotos ajenas y trozos de noticieros, y mediante el montaje, elaboró este cortometraje musical.
Si nos atenemos a la definición de la Real Academia, así le podemos llamar al que nunca se le llamó videoclip sino cortometraje. Como tal, participó y ganó en varios festivales de cine. Por eso, muchos que no están claros en estas definiciones no lo incluyen en una categoría a la que pertenece sin lugar a dudas.
Lo diferente de Now, es que el cineasta dotó, a un producto pensado para la diversión intrascendente, de un contenido político en una época de convulsiones sociales por la cuestión racial en los USA. Aún en nuestros días, los videoclips de contenido político y gran factura no abundan.
Thriller (Estados Unidos)- 1983 –
Duración: 13:41 minutos.
La segunda revolución después de la salida de MTV, fue Thriller, esta espectacular obra de John Landis, el director de la recordada Un Hombre Lobo Americano en Londres, An American Wherewolf in London (1981), producida para la mayor gloria del cantante Michael Jackson, que cambió la forma y los presupuestos de los videoclips desde esa época hasta ahora.
Thriller se salió de todos los parámetros establecidos, tanto por su presupuesto de medio millón de dólares como por su duración de 13 minutos, más el uso masivo de efectos especiales y el inteligente maridaje de elementos cinematográficos y musicales. La historia de la transformación del chico educado (Michael Jackson), en hombre-lobo que aterroriza a su novia –Ola Ray-, se convirtió en objeto de culto y disparó las ventas del álbum musical.
Los componentes enriquecedores van desde la utilización del icono del terror Vincent Price, hasta la música de Elmer Bernstein, y lo llevaron a escalar en las listas como uno de los videos más exitosos según los records Guinness, e incluirse en el Registro Nacional de Cine de la Biblioteca del Congreso por ser “culturalmente, históricamente y estéticamente significativo”.
Para calificar para los Premios Oscar en la categoría de Corto fue proyectado en los cines con igual éxito, pero la Academia no lo nominó para competir en este apartado pese a sus indudables valores artísticos, lo cual no es de extrañar dado lo quisquillosa que es la gerontocracia conservadora hollywodense en ocasiones.
Taylor Swift – All Too Well: The Short Film (Estados Unidos)- 2021 –
Duración: 14:55 minutos.
En este corto que toma como base la canción homónima de la cantautora Taylor Swift, ella se decanta por escribir el guion y dirigirlo asentada en el estilo de los videoclips más usuales, lo cual no fue necesariamente la decisión más adecuada, puesto que como podremos ver, esa decisión no estuvo reforzada con la actitud riesgosa que debe primar en los artistas cuyo quehacer se mueve como en una cuerda floja.
¿Es inteligente decantarse por el estilo de telenovelas de Hallmark? Pues si estamos dentro del género de la comedia romántica y exploramos el texto de la canción, parecería que si, aunque eso debería llevar a trabajar el guion y adicionarle elementos técnicos o narrativos que potencien la base guionistica, algo que no observamos en All Too Well.
La debilidad que lastra el cortometraje la encontramos en la levedad de los puntos de giro que no aportan demasiado, en las insuficiencias estructurales en la conceptualización de los personajes, en una ritmicidad en exceso morosa, todo ello impide la existencia de una atmosfera que conecte con el espectador digamos normal o regular, y que por lo tanto pueda trascender mas allá de ese universo de consumidores de la música de la cantautora.
De la música al drama y viceversa
Los videoclips son historias cortas, fragmentadas, que sirven como vehículo a las canciones contadas por imágenes más o menos interesantes, de acuerdo al talento del realizador. Esos eran los parámetros hasta hace cierto tiempo, pero hoy este es un género particular por derecho propio.
La música, el video y el cine se cruzan por los caminos de la vida audiovisual, produciendo obras que trascienden de vez en cuando, y asumen una identidad que tiene mucho de las influencias de sus padres. Ese particular maridaje genético crea un producto que deviene en un sujeto artístico muy particular.
A lo que apuntan Now, Thriller y All Too Well, es a unas formas expresivas que siguen siendo relativamente subvaloradas quizás por las confusiones usuales o descartadas por la injusta distinción entre lo comercial y lo artístico, pero aquí estamos delante de unos audiovisuales que apuntan a ser asumidos o criticados con una visión más amplia.









