Ramón Tejeda Read
Reducir la situación actual del PLD a la influencia de Danilo Medina es cuando menos ingenuo.
Es no entender qué pasó al PLD en 2020 y qué siguió pasando después.
Es no recordar algunas cuestiones fundamentales que podríamos resumir de la manera siguiente:
Danilo Medina fue el único presidente que se sentó a negociar a la multinacional Barrick Gold y logró modificar el funesto 97/3 del contrato.
Danilo Medina fue quien retornó a manos del pueblo más de 40 millones de metros cuadrados robados en bahía de las Águilas.
Danilo Medina fue quien nacionalizó la producción nacional, hoy entregada de nuevo al oligopolio importador.
De paso, Danilo quitó a ese mismo sector el negocio de los permisos de importación de productos agropecuarios y creó las subastas públicas hoy devueltas a la corrupción.
En ocho años se transformó el sector eléctrico y remató con Punta Catalina por encima de intereses nacionales y extranjeros.
Con el mismo valor, y en momento delicado de la geopolítica, cuando el amo Trump afrontaba a China, estableció relaciones diplomáticas con el gigante asiático.
Esas decisiones, y muchas otras, corresponden a un gobierno de liberación nacional.
Y para entender su significación busque la descripción que hace Bosch del frente oligárquico en DICTADURA CON RESPALDO POPULAR y tendrá el cuadro perfecto de por qué fue sacado el PLD del poder en 2020 y se mantiene contra él el acoso aprovechando debilidades y crasos errores.
Si seguimos creyendo, como cree el gobierno, que Danilo es el problema o que el problema es cuántos miembros debe tener un Comité de Base, etcétera, seguiremos perdidos.
El presidente Medina habló de REFUNDAR el PLD. Palabra recia y real.
¿Cómo lo haremos?
Sentémonos a conversarlo y veremos que no es difícil. Eso es lo que debemos discutir ahora. Lo demás es buscar la fiebre en la sábana.