María Montecelos
La escritora nicaragüense Gioconda Belli afronta el segundo exilio de su vida, impuesto por el régimen del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, refugiándose en la escritura y manteniendo su compromiso con las letras, que la han llevado a participar en el festival literario Centroamérica Cuenta, celebrado en Santo Domingo.
Autora de poesía y prosa que la han hecho merecedora de diversos premios, desde muy joven ha sido una mujer comprometida y participó en el movimiento revolucionario contra Anastasio Somoza, actividad que la llevó por primera vez al exilio hasta el derrocamiento del dictador en 1979.
ESCRIBIR: CATARSIS EN EL EXILIO
Ahora, calificada de traidora a la patria por el Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (partido al que perteneció hasta 1993), Belli encuentra en la escritura una forma de catarsis frente al exilio, explicó a EFE en una entrevista con motivo de su participación Centroamérica Cuenta, evento que comenzó el 16 de mayo y concluye este domingo.
Escribir “es una manera de sobrevivir, porque por lo menos siento que yo soy lo que escribo, que mientras yo pueda escribir me voy a seguir sintiendo viva, activa y con esperanza”, afirmó.
“Cuando uno escoge una vida intensa tiene que estar listo para que pasen estas cosas. No es la primera vez que estoy en el exilio. En la segunda vez. No pensé, sinceramente, que me iba a tocar otra dictadura en mi vida”, reflexionó.
Igual que en uno de sus de sus poemas, se preguntó ¿Cuántos tiranos alcanzan en una vida?. “A mí me han tocado dos -se respondió-, y realmente ha sido duro, después de haber luchado tanto por la libertad de Nicaragua y por salir de una dictadura con tanto esfuerzo y sacrificio, regresar al punto de partida”.
La autora siente que no solo se está destrozando a su país, sino al propio espíritu del pueblo nicaragüense, “atropellado y obligado al silencio, cuando el silencio no es algo que haya existido mucho en Nicaragua, que ha sido un país de poetas, de escritores, de músicos”. Pero ahora “la expresión periodística, la poesía, la novela, todo eso está siendo perseguido por este régimen”, lamentó.
LAS ELUCUBRACIONES DE LOS ESCRITORES
Durante las mesas de debate del festival no solo se ha hablado de literatura, “también ha habido discusiones muy interesantes sobre asuntos como la libertad de expresión, la situación del mundo”, y “del autoritarismo que está predominando en Centroamérica”, dijo.
Estos diálogos de temas de interés general dan al público la oportunidad “de disfrutar mucho de oyendo las elucubraciones mentales de todos los escritores. Es una especie de mirada por el registro de una cerradura de qué es lo que pasa para crear esos libros que leen”, opinó.
Tras participar el jueves en el conversatorio El impulso de escribir junto a Juan Gabriel Vásquez (Colombia), Joumana Haddad (Líbano), Claudia Piñeiro (Argentina) y Daniel Centeno Maldonado (Venezuela), Gioconda Belli también ha asistido como público a diversas actividades.
Entre ellas destacó la presentación del libro del español Luis García Montero “Un año y tres meses”, que reúne los poemas escritos a raíz la pérdida de su esposa, la también escritora Almudena Grandes.
“Fue conmovedora, hermosa y me sorprendió”, afirmó Belli, admirada ante “la capacidad que tiene Luis de contar de esa manera tan bella una cosa tan trágica como la muerte de Almudena, y poder hacerlo con esa poesía, que al mismo tiempo que es doliente y está llena de vitalidad, de fe y de esperanza”.
Centroamérica Cuenta también ha sido un espacio de reflexión sobre el lugar que ocupa la mujer en la literatura, asunto sobre el que la nicaragüense cree que ha habido un importante avance, porque “hay más conciencia de la importancia de reconocer el aporte de las mujeres”, aunque “falta mucho terreno que ganar”.
La mujer sufrió represión “en términos de no poderse educar, de que no se la tomara en serio cuando escribía” pero “desde el siglo XIX para acá eso ha ido cambiando” dijo Belli, convencida de que “la mujer ha logrado que su crítica a la ausencia y la invisibilización sea escuchada”.
“Ahorita se está reconociendo la existencia de una especie de boom de autoras latinoamericanas. A mí me parece que un cambio importante. La lucha de las mujeres ha logrado que, por lo menos, la gente sienta que tiene una obligación, que los editores, los críticos, los periódicos sientan que hay un deber de reconocer a la mujer”, apuntó.
Este domingo, día de cierre del festival, la escritora participa junto Luis García Montero (España), Soledad Álvarez (República Dominicana), Mircea Cărtărescu (Rumanía) y Juan Cruz (España) en el conversatorio Poesía ante la incertidumbre y en el recital de poesía Versos que cuentan, que convoca a escritores de ambos lados del Atlántico. EFE