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Santo Domingo

Construyendo puentes: Desde Brasil a la República Dominicana

Roberto Takata

El liderazgo auténtico debe armonizar una visión global con el compromiso irrenunciable con su propia identidad. Como diplomático dominicano, he servido a la República Dominicana en Japón, Singapur, Indonesia, Australia, Nueva Zelanda y ahora Brasil. Desde Brasil, reflexiono sobre cómo estas experiencias pudieran contribuir en la construcción de un futuro próspero para nuestro país.

En Japón aprendí el valor de la disciplina, la innovación y el compromiso de cada ciudadano por lo que es de todos, incluyendo el propio concepto filosófico y social de ‘futuro”. Mientras que mi rol como embajador concurrente ante Singapur, Indonesia, Australia y Nueva Zelanda me mostró cómo la cooperación y un ejercicio político con profunda responsabilidad, así como con un alto nivel de planificación seria y comprometida, transforman sociedades. 

Estas lecciones guían mi trabajo en Brasil, un aliado estratégico cuya diversidad y relevancia global fortalecen nuestras aspiraciones. En Brasil, busco conectar el potencial dominicano con oportunidades en comercio, sostenibilidad y cultura, proyectando la calidez y el espíritu emprendedor de nuestra gente.

Brasil es clave, no solo para posicionar a la República Dominicana como líder caribeño, sino también para avanzar en las aspiraciones de desarrollo que como país debemos tener. Cada encuentro con nuestra comunidad aquí, cada diálogo con líderes políticos y empresariales, cada experiencia con sectores estratégicos de este gran país, siembra las bases -o al menos intenta hacerlo- de un futuro promisorio para nuestra nación, en donde la prosperidad y el crecimiento económico y social sostenible, sean el común denominador de nuestra historia.

La República Dominicana vive un momento decisivo: con un pueblo resiliente y un potencial inmenso en turismo, innovación y comercio, merece que el liderazgo nacional escuche y actue, en cada terreno, en cada esfuerzo o iniciativa, con clara y comprometida visión. Mi experiencia en países con un desarrollo tan integral como inclusivo me han enseñado que el liderazgo inspira, compromete, no impone, y que la política responsable impulsa el desarrollo, alimenta la soberanía, cuida de cada uno sin abandonar causas y sectores; es esta una lección vital para nuestra Quisqueya.

El liderazgo debe forjarse en las historias y los sueños de nuestra gente: en el emprendedor que innova, en la familia que supera retos, en el joven que sueña ser grande. Desde Brasil, mi compromiso es aportar por un futuro inclusivo y sostenible para mi país; un futuro que no olvide las historias y sueños de cada uno, donde la República Dominicana brille con orgullo, impulsada por nuestra identidad y exhibiendo niveles de desarrollo que otros han logrado, en base a visión clara, trabajo arduo y amor a la patria.

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