Martín Polanco
El sector construcción se anotó en 2024 uno de los años más desastrosos en la última década, en términos de aporte a la economía y crecimiento, apenas cercano a 2020, cuando la pandemia azotó el mundo, y al 2022, cuando el crecimiento fue chico.
En 2024 esa actividad cerró con un incremento real de 2.1% en su valor agregado, menor a su tasa de expansión promedio de largo plazo, indican las estadísticas oficiales del Banco Central.
Una serie de combinaciones pusieron al sector cabizbajo, entre ellas las tasas de interés, que han dejado al público esperando la reducción (a pesar de que la autoridad monetaria ha creado las condiciones para que eso ocurra); una ejecución del gasto de capital del Gobierno con respecto al producto interno bruto por debajo del promedio histórico y el impacto sobre las expectativas que en su momento tuvieron las discusiones de la reforma fiscal.
Un proyecto de reforma que finalmente se fue al piso, especialmente por la presión social y el error de los armadores de la pieza, que no prepararon el terreno para lograr éxito en ese propósito de ajustar la “cintura” en el país. La tasa promedio que los bancos cobran por los préstamos hipotecarios se encareció en el último año 3.2%, al pasar de 10.8% en septiembre de 2023 a 11.2% en septiembre de 2024, de acuerdo con datos de la Superintendencia de Bancos.
Más cerca, entre septiembre y noviembre de 2024, las tasas bancarias se estuvieron manejando más hacia arriba, entre 18%, 19%, 20% y hasta 21%, en algunos casos, dependiendo del cliente. Si bien en este inicio de 2025 quizás han caído un poco (podrían obtenerse préstamos con tasas de interés de 15.75%, 16%, 16.5% y 17%, según un sondeo entre constructores y adquirientes de viviendas), para el período de análisis de este artículo (año 2024), se mantuvieron en el nivel antes citado, lo que constituyó un revés para el sector construcción.
Por el lado de la autoridad monetaria ha habido buenas intenciones, expresadas, concretamente en la reducción de la tasa de política monetaria (TPM). Sin embargo, todo indica que quienes otorgan préstamos han mirado para otro lado, al momento de fijar los intereses.
El martes, el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, les dijo a los periodistas que acudieron a Altar de la Patria, donde la institución colocó una ofrenda floral por el Mes de la Patria, que en los próximos meses se esperan mayores bajas en las tasas de interés bancarias, y explicó que se trata de un proceso gradual conocido como rezago.
Con la reducción de la TPM de diciembre de 2024 se acumula una disminución de 275 puntos básicos desde mayo de 2023. Adicionalmente, el BCRD ha implementado medidas complementarias para elevar la liquidez en el sistema financiero, y la Junta Monetaria liberó recursos de encaje legal por RD$35,355 millones para la canalización de préstamos para la adquisición de viviendas, construcción e interinos; que unido a la redención a su vencimiento de títulos del BCRD por RD$140 mil millones el último trimestre de 2024, representan medidas de provisión de liquidez al sistema financiero por RD$175 mil millones.
En 2014 –punto de partida de la década referida en este escrito- el país logró combinar de manera positiva una serie de variables que condujeron al país por buen trayecto, con alto crecimiento, baja inflación, incremento en la llegada de turistas, bajos niveles en las cuentas corrientes y un sector financiero fuerte. El crecimiento de la economía para entonces fue de 7.1%, el mayor en América Latina, superando por 6 puntos porcentuales el promedio de 1.1% estimado por organismos internacionales para la región.
Para entonces, la construcción creció 11.4%, superó al comercio, que creció 4.7%, hoteles, bares y restaurantes (7.9%), intermediación y servicios financieros (8.6%), enseñanza (8.4%) y salud (7.6%), entre otras. El crecimiento de la construcción en 2014 fue 6.1% mayor que en 2013, un comportamiento que se evidenció en el desempeño favorable de los proyectos de inversión del sector privado, destacándose la construcción de viviendas de bajo costo, edificaciones hoteleras, así como otras edificaciones no residenciales”. A ese dinamismo contribuyó la inversión pública, destinada principalmente a la construcción de 652 centros educativos que aportaron 10,000 aulas equipadas a la jornada escolar extendida a nivel nacional, así como importantes proyectos de infraestructura vial.
En 2015, la economía se ubicó como líder del crecimiento económico en América Latina, con un aumento del 7%, mientras las construcción registró un crecimiento del 18.2%. Mientras en el 2016 la economía incrementó en 6.6%, la construcción se elevó 8.8%.
Tiempos pasados mejores
En 2017 el sector creció 3.7%, mientras la economía incrementó 4.6%. En el 2018 la economía creció 7% y la construcción 10.6%, es decir, quedó muy por encima. Ese porcentaje de crecimiento de la construcción fue impulsado fundamentalmente por iniciativas privadas en el desarrollo de proyectos inmobiliarios de viviendas de mediano y bajo costo, establecimientos comerciales, la expansión de la oferta de unidades hoteleras del sector turístico, diversificación de la matriz de generación de electricidad, entre otros.
El dinamismo de la construcción durante 2018 se vio reflejado en el crecimiento que se observó en ese momento en el volumen de ventas de los principales insumos como son las estructuras metálicas (14.8%), pintura (9.4%), cemento (6.9%) y el resto de materiales (11.1%).
Más adelante, en 2019, la economía creció 5.1% y el sector construcción se incrementó el doble (10.5%).
Ese año la construcción encabezó la lista de aquellas de mayor crecimiento relativo en términos de valor agregado, seguida de servicios financieros (9.0%), energía y agua (7.4%), otros servicios (7.1%) y transporte y almacenamiento (5.3%). Otros sectores que incidieron en el crecimiento del año fueron salud (4.3%), agropecuario (4.1%), comercio (3.8%), explotación de minas y canteras (3.4%) y manufactura local (2.7 %).