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Santo Domingo

Con la reforma en el armario, otras vías de recaudos

Martín Polanco

El Gobierno dominicano se enfrenta a un nuevo desafío tras la retirada del proyecto de reforma fiscal con el que tenía planes de obtener unos recursos que ahora no tiene y que hacen falta, según los planteamientos enarbolados antes y después de someter la iniciativa al Legislativo.

El rechazo que ésta generó fue tan ácido, que el Gobierno no tuvo otra opción que recular y cargarse sobre sus espaldas las críticas de prácticamente todos los sectores, incluidas las de algunos que se atrevieron a asegurar que el “paquetazo fue preparado por varias personas en una oficina, con más divorcio que afinidad sobre la realidad y el contexto actual y sin tomar en cuenta que eso no procedía en estos momentos”.

Sin la implementación de nuevas tasas impositivas, por ejemplo, el Ejecutivo debe buscar alternativas efectivas para mejorar la recaudación pública. Según el economista Antonio Ciriaco Cruz, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo -UASD-, el enfoque parece ser que estará centrado hacia la racionalización del gasto público y en una gestión más eficiente de los recursos existentes.

El profesor Ciriaco Cruz subraya que, aunque la reforma fiscal se ha pausado, el gobierno aún tiene la oportunidad de optimizar sus ingresos mediante la mejora en la administración del gasto. “Con la Ley de Modernización Fiscal, el Gobierno planteaba una recaudación estimada de 122 mil millones de pesos, y ahí no contemplaba lo que se podría ahorrarse a través de la fusión de ministerios, de otros que va a eliminar y de que va a aplicar la Ley Responsabilidad Fiscal.

Parece que el Gobierno va a tratar de incomporar estos ajustes en el Presupuesto del año 2025, para los fines de ver cómo puede mejorar las recaudaciones sobre la base de una racionalización del gasto público, pero eso también incluye medidas de ahorro que se podrían implementar”, señala el catedrático de la UASD. En este sentido, la racionalización del gasto podría generar un ahorro significativo, posiblemente de hasta 25 mil millones de pesos, que permitiría al Estado reducir su dependencia de nuevos impuestos.

Dicho esto, y tomando en cuenta las opiniones de algunos otros entendidos en el tema, parece ser que la lucha contra la evasión fiscal se presenta como una de las alternativas más directas para mejorar la recaudación.

De acuerdo con un corte numérico de mayo, la evasión local en el Impuesto Sobre la Renta -ISR- alcanza un 62%, mientras en el Itbis es del 43%. Precisamente por cifras como esas, entes como el sector empresarial y organismos internacionales estuvieron pidiendo y sugirieron por muchos años una urgente reforma. El empresariado rechazó de plano la que fue presentada.

Fortalecer las herramientas tecnológicas para detectar incongruencias en las declaraciones fiscales puede ser una estrategia eficaz para “ver todo aquello que los evasores saben esconder muy bien”.

Por ejemplo, con la implementación de la factura electrónica (en República Dominicana ya se está trabajando con ella) en Brasil la recolección de información sobre las transacciones económicas, la reteneción de impuestos y el cruce de datos para fortalecer la fiscalización ha dado frutos. Y en otras naciones también.

Esta innovación, según cifras de hace varios años (puede haber mejorado más, si se ve actualmente) ha permitido a Brasil reducir su tasa de evasión de impuestos de 32% de total del monto debido al 25%, de acuerdo con el Instituto Brasileño de Planeamiento Tributario. En el caso local, si bien se ha reconocido el trabajo que con eficacia viene realizando la Dirección General de Impuestos Internos, cuyo director es Luis Valdez Veras, se sugiere que ese organismo expanda aún más su “brazo” de análisis de datos para identificar patrones de evasión y llevar a cabo auditorías más selectivas.

Un freno, control a los chinos

Recientemente la institución ha mostrado resultados al poner a raya a negocios chinos que evaden y de los que por años hubo quejas. Otro enfoque sugerido al Gobierno es enfocarse más en formalizar las actividades económicas, dado el alto nivel de informalidad que registra la nación.

Esta informalidad impide que cientos de trabajadores y pequeños empresarios contribuyan al sistema tributario. Se ha propuesto o sugerido incentivos para que las pequeñas y medianas empresas (Pyme ) se incorporen al sistema formal, como el régimen de incorporación fiscal que se implementó en México. Este tipo de programas ofrecen simplificación de trámites, lo que facilitaría la regularización de muchas empresas dominicanas.

La modernización tecnológica de las instituciones fiscales es esencial para aumentar la recaudación sin modificar las tasas impositivas. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la eficiencia en la recaudación se puede incrementar mediante la capacitación de los funcionarios y la inversión en tecnologías que faciliten el proceso.

El contrabando y el comercio ilícito, delitos a los que las autoridades han seguido muy de cerca, golpeándolos de forma importante, privan al Estado de importantes ingresos. La Dirección General de Aduanas ha señalado que el contrabando de productos como alcohol y cigarrillos resulta en pérdidas fiscales considerables.

El retiro fue el sábado; no hay proyecto guardado

La retirada del proyecto de reforma fiscal -el sábado- ha dejado lecciones importantes para el Gobierno. La oposición a la reforma ha dejado ver lo necesario que resulta construir consensos y propuestas que sean viables social y políticamente. Ayer lunes, en LA Semanal, el mandatario Luis Abinader aseguró que no tiene otra propuesta y que hará los ajustes presupuestarios que amerita el momento que vive República Dominicana.

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