La agencia antidrogas de los Estados Unidos (DEA) se ha hecho cargo junto a las autoridades locales de la investigación en torno al alijo de casi 10 toneladas de drogas decomisado en el puerto multimodal Caucedo.
Las reiteradas precisiones de los gobiernos de Honduras y Guatemala, desde donde llegó la carga, de que en esos países no se contaminaron los contenedores donde se encontró la droga, colocan a nuestro país y sus autoridades en situación incómoda.
Mientras el vocero de la Dirección Nacional de Control de Drogas reconoció que la droga pudo haberse colocado aquí, el Ministerio Público declaró complejo el caso y mantiene abiertas las investigaciones.
Ojalá que, sin festinar el proceso de investigación, las autoridades pongan todo su empeño en esclarecer cuanto antes este caso en todas y cada una de sus partes.