José Rafael Sosa
El Soberano, el premio más trascendente del reconocimiento nacional al arte (popular o clásico) y que se entrega el próximo miércoles 22 en el Teatro Nacional Eduardo Brito, como punto principal del ceremonial de los Premios Soberano 2023.
El tema del Soberano ha logrado situarse en el centro de la atención, las nominaciones que le preceden han sido en general justa y se espera que todo desemboque en u
Ese acto de homenaje al talento nacional tiene programada y ensayada una producción artística a cargo de Alberto Zayas, que implica una serie de sorpresas emotivas y artísticas, sostenidas por Julio Zabala, en función en animador ancla, lo cual augura una conducción chispeante, pensada para un desarrollo que crezca en intensidad.
ACROARTE premia dos años, 2021 y 2023, por lo que tiene una cantidad que representa el doble de nominados y de entregas, sin tener el doble del tiempo en escenario para hacerlo. Una parte de los premiados, como ha sido costumbre, debe ser reconocido fuera de cámara e insertado en la producción general, imaginamos.
Los Premios Soberano de 2023 deben ratificar sin espacio para dudas, su carácter de galardón caracterizado por la justicia y la racionalidad del mérito
El Comité Ejecutivo ACROARTE debe adoptar decisiones, respecto del Gran Soberano que sean justos y oportunas, a partir de una trayectoria artística de vida y evitar las rutas veleidosas de la popularidad del instante y del arte vacío en trascendencia.
La tentación de sugerir nombres para el Gran Soberano, es seductora y pocas veces bien pensada. Los hombres y mujeres que tienen la conducción de ACROARTE deben decidir si lo del momento, lo “popular” puede ser un factor decisorio, por mucho que los reglamentos que dejan abierta esa posibilidad. Justicia es justicia y tiene un solo sentido de ser aplicada: la que llama a valorar el arte hecho toda una vida.
Los artistas son lo que representa toda su carrera, una que no se mide por éxitos momentáneos, por ofensivas de prensa, por estrategias de mercadeo, por sugerencias en redes sociales o provenientes de portales web con la mejor de las intenciones, pero quien sabe si resultan apropiadas. Premiar una trayectoria es lo más alejado de un arte vacío y en no pocos casos, tóxico, huérfano de historias y carente de conceptos.
Los premios al arte no se deben exclusivamente a la institución que los otorga. El reconocimiento a la creatividad es de la gente y de los artistas.
El Soberano, galardón que tiene tres décadas de existencia, ha tenido éxitos y desaciertos a la hora de reconocer el arte, pero en general ha cumplido con el rol asignado.
Veamos quienes han ganado el principal premio de ACROARTE:
Ganador/a
EL GRAN CASANDRA
Luis Rivera,1985
Freddy Beras-Goico,1986
Maridalia Hernández,1987
Jorge Taveras,1988
Agliberto Meléndez,1989
Michel Camilo,1990
Juan Luis Guerra,1991
Ramón Orlando,1992
Pochy Familia,1993
Guillermo Cordero,1994
Julio Sabala,1995
Ángel Muñiz/Luisito Martí,1996
José Antonio Molina ,1997
Milly Quezada,1998
Nuria Piera,1999
Sonia Silvestre ,2000
Johnny Ventura,2001
Wilfrido Vargas,2002
Fernando Villalona,2003
Joseíto Mateo,2004
Carlos Piantini,2005
Rafael Solano,2006
Charytín Goico,2007
Juan Luis Guerra,2008
Johnny Pacheco,2009
Aventura,2010
Los Hermanos Rosario,2012
EL GRAN SOBERANO
Héctor Acosta,2013
Cuquín Victoria,2014
Iván García,2015
Fefita La Grande,2016
Cuco Valoy,2017
Sergio Vargas,2018
Antony Santos, 2019
Niní Cáffaro,2020
Romeo Santos,2021
¿Quiénes que deberían estar en ese listado y no aparecen?
Tengo dos nombres: Cecilia García (2021) y Luis Segura (2022), que publico ahora, entre otras razones porque no soy ni directivo, ni asesor y solo llegó a ser un jurado invitado en la parte clásica y de cine, además de tener el orgullo de ser parte de otra institución de cronistas, cuya inscripción me honra mucho. El tiempo habrá de poner todo en su lugar, sobre todo si desde ella, somos capaces de generar un premio artístico distinto, con protocolos, costos, patrocinios y procedimientos nunca antes utilizados, cuyas decisiones provengan de un jurado profesional especializado y pagado
Los galardones justos reconocen una vida, una carrera consistente, positiva, sin manchas en sus edredones. En esos casos ̧ quien primero sale ganando es el público que reconoce justicia en la selección; en segundo lugar, el o la artista, que exhibirá con orgullo su estatuilla principal y en tercer lugar ACROARTE, como institución.
Cecilia García: El Gran Premio Soberano sin ninguna duda podría hacer justicia a una artista de múltiples expresiones en la creatividad y de impecable desempeño en todas: cantante, actriz, comediante, productora y con una carrera que inició y la única artista dominicana que recibió en tres oportunidades el máximo galardón del anterior premio al talento dominicano: El Dorado.
Cecilia García recibió, merecidamente de ACROARTE, el Premio 2018 a las Artes Escénicas, pero ¿Es lo que merece una artista de su estatura nacional? Apreciamos que su labor requiere de mucho más. Ella debe subir al escenario y levantar la estatuilla mayor de El Soberano.
Desde sus inicios profesionales, de la mano del compositor dominicano Manuel Sánchez Acosta, quien era amigo de su familia, en el programa “La Taberna de Babín”, que se transmitía en el canal 4 de Radio Televisión dominicana, en 1967, perteneciendo a una generación de grandes artistas: Milton Peláez, Freddy Beras Goíco, Cuquín Victoria, Felipe Polanco, Rhina Ramírez y Ángela Carrasco.
Hoy día Cecilia García exhibe una larga lista de éxitos sobre todo en televisión, música y teatro.
No es necesario citar cada uno de sus proyectos, todos concebidos en la más alta de las expresiones posibles, estableciendo una especie de “Sello Cecilia” a lo que hace. Ella supone por sí misma, una elevada categoría estética en todo lo que ha producido. Cecilia García es una artista mayor y nada que no sea el mayor de los premios, le hará justicia. Dejar de entregárselo sería una oportunidad perdida de justicia para con ella.
Mi otro candidato: Luis Gonzaga Segura, (Luis Segura) nacido en Mao, Valverde el 21 de junio de 1939, tiene ya una extendida carrera como Padre de la Bachata que lo hacen merecedor, Maxime cuando ha sido la inspiración para bachateros posteriores que ya recogieron el Gran Soberano.
Su historia inicia cuando en la radio dominicana comenzó a sonar Cariñito de mi vida, en la voz de un joven cantante desconocido hasta entonces, en 1964, entonado en un aliento rítmico intimista y pegajoso, con un ritmo que llegaría a ser declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en junio de 2020.
Con Cariñito de mi vida, primero, y Pena por ti (1982), se consagra este cantante, que devendría en ser sin duda alguna, el Padre del nuevo ritmo: la bachata. Entre esos dos éxitos, escribió e interpretó: Perdido, Déjame ya, Falso amor, Dicen, Una chica como tú, Traicionera y Corazón de acero. En 2022, para quienes deseen evaluar los éxitos de un año, hizo colaboraciones con artistas de primer nivel que lo llevaron a la cabeza de las listas de popularidad.
Los Premios Soberano de 2023 deben ratificar sin espacio para dudas, su carácter de galardón caracterizado por la justicia y la racionalidad del mérito. Esta vez no hay brecha alguna para equivocaciones, desviaciones, decisiones adoptadas en función de una popularidad y difusión que no se puede tomar a la ligera.
El Comité Ejecutivo
Los directivos de ACROARTE, sometidos por estos días a presiones que nadie imagina, desde todos los ángulos, el único aspecto que tienen bajo su control como jurados, es el de estos dos Gran Soberano. Y no tienen opción a veleidades del momento ni a presiones sugeridas.
Lo que llega es grande
Lo que el público ha de ver en pantallas cuando conozca las diversas escenografías diseñadas, con toda seguridad sentirá el perfume impactante del “Otra vez……”. Lo que hemos visto (sin poder hacer fotos porque parte de las medidas protocolarias es no hacerlo) es impresionante. Un concepto nuevo. Probablemente será por mucho el mejor proyecto de producción de Alberto Zayas.
Por las condiciones sociales del momento presente, ante las crisis de muchos tipos y expresiones, lo mejor que podemos merecer es entregarnos como comunidad nacional al reconocimiento de unos seres especiales, unos que han hecho del arte y el talento, su manera de que vivamos mejor, acomodados a la ilusión, la esperanza y el dulzor que solo el gusto estético puede aportar para que seamos una comunidad que sea, simultáneamente, justa y oportuna en sus formas de premiar el arte.