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Beltré, leyenda que se transformó a su llegada a Texas

Antes de llegar a Texas de cara a la temporada del 2011, el dominicano Adrián Beltré era un jugador por encima del promedio.

Había ganado un par de Bates de Plata y Guantes de Oro, y venía de ser convocado al Juego de Estrellas del 2010. En sus 13 años previos, el oriundo de Santo Domingo había bateado .275/.329/.462 con un OPS+ de 108 entre los Dodgers, Marineros y Medias Rojas.

Luego, en el corazón de Texas, Beltré se transformó en un Salón de la Fama. En sus ocho años en Arlington, el cañonero bateó .305 con OPS de .866. Estuvo seis veces entre los primeros 15 en las votaciones para el Premio Jugador Más Valioso de la Liga Americana, y fue el líder indiscutido de un clubhouse que tuvo varios de los mejores años en la historia de la franquicia. “Fuimos privilegiados por hacerlo miembro de los Rangers para las últimas ocho campañas de una impresionante carrera”, continuó. “A través de su excelencia en el terreno e influencia en el clubhouse, los aportes de Adrián ayudaron a que los Rangers clasificaron a cuatro postemporadas. Es una leyenda absoluta del juego”.

Para el final de su carrera – fueron los últimos ocho con Texas – Beltré ganó cinco Guantes de Oro, dos Guantes de Platino, cuatro Bates de Plata y fue convocado a cuatro Juegos de Estrellas. Empalmó 477 jonrones y dio 3,166 hits (1,277 con Texas) con cuatro diferentes escuadras. Su bWAR de 93.5 se ubica tercero entre todos los antesalistas en la historia del béisbol, únicamente por detrás de Mike Schmidt (106.8) y de Eddie Matthews (96.0).

El número 29 de su camiseta cuelga en la parte más alta del Globe Life Field, junto a los de Nolan Ryan, Michael Young, el puertorriqueño Iván Rodríguez y Johnny Oates. Ryan y Rodríguez también están en el Salón de la Fama.

Beltré firmó con los Dodgers cuando aún era un adolescente en la República Dominicana e hizo su debut en las Mayores en 1998, cuando tenía 19 años. Se convirtió en el tercera base titular de Los Ángeles en la siguiente campaña, como parte de una pasantía de siete años que terminó con un segundo lugar en la votación por el JMV de la L.N. – que ganó Barry Bonds – en el 2004. Bateó .334 y encabezó el joven Circuito con 48 vuelacercas y 121 empujadas, antes de ingresar a la agencia libre.

Beltré firmó con los Marineros por cinco años. Pero aunque ganó dos Guantes de Oro, su paso por Seattle no fue el mejor de su carrera. En su primera temporada, en el 2005, tuvo una de sus campañas menos productivas, cuando bateó .255 y pegó 19 jonrones en 156 partidos.

Así que antes de convertirse en un Salón de la Fama en Texas, fue durante su único año en Boston en el que demostró qué tan alto podía llegar.

Beltré firmó con los Rangers el 5 de enero del 2011. Durante su exaltación al Salón de la Fama de los Rangers, dijo que no esperaba tanto cariño por parte de Texas. Se puede decir que casi se vio sorprendido por lo bien que resultó el haberse juntado con la organización en su momento.

Ofreció muchos momentos inolvidables durante sus ocho años con Texas, desde la clasificación a la Serie Mundial del 2011, hasta su hit número 3,000 en el 2017 y las increíbles jugadas defensivas que lo hicieron merecedor de dos Guantes de Platino. Pasó más tiempo con los Rangers que con cualquier otra organización, disputó 1,098 partidos con el club. Más que nada, consolidó su puesto en Cooperstown.

La exaltación de Beltré se efectuará este domingo y con él se eleva a cinco el número de dominicanos con un nicho en Cooperstown. Se une a Juan Marichal, Pedro Martínez, Vladimir Guerrero y David Ortiz.

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