El Ministerio de Cultura, la Dirección General de Bellas Artes y la Compañía Nacional de Teatro cerraron con rotundo éxito el Mes del Teatro con la magistral puesta en escena de “El Sueño de la Vida”, que incluyó homenajes a Emilio Aparicio e Iván García en la primera función.
Durante tres noches consecutivas (viernes, sábado y domingo) el público llenó la Sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes para disfrutar de esta pieza inconclusa de Federico García Lorca, recuperada tras su fallecimiento en la Guerra Civil Española.
Bajo la dirección de Fausto Rojas, el elenco ofreció interpretaciones de altísimo nivel, logrando transmitir con maestría la complejidad y la poética del universo lorquiano. Miguel Bucarelly brilló con una presencia escénica cautivadora, mientras que Manuel Raposo (espectador, rezadora, franquista y gitano) y Nileny Dipton (espectadora, actriz y gitana) dotaron a sus personajes de una profundidad emocional que atrapó al público. Canek Denis (criado, rezadora, franquista y gitano), Gilberto Hernández (joven y gitano) y Johnnie Mercedes (traspunte, rezadora, franquista, actor y gitano) demostraron gran dominio del texto y una expresividad impecable, manteniendo la intensidad de la obra en cada escena.
Pachy Méndez (actriz y gitana) y Ernesto Báez (hombre, rezadora, franquista, actor y gitano) ofrecieron actuaciones llenas de matices, con una energía que enriqueció la dinámica del montaje. Wilson Ureña (leñador, rezadora, franquista, actor y gitano) aportó solidez y carisma a su papel, mientras que la participación especial del actor español Luis Hacha, con el papel de Lorca, añadió un nivel de refinamiento y elegancia que complementó perfectamente la propuesta escénica.
En cuanto al montaje, la escenografía de Fidel López logró una fusión magistral entre lo simbólico y lo funcional, transportando al espectador al universo de Lorca con una estética que evocaba la dualidad entre sueño y realidad. El diseño de vestuario de Bautista Sierra destacó por su precisión y belleza, con una cuidada selección de textiles y colores que reforzaron la esencia de la obra.
La iluminación jugó un papel crucial en la atmósfera de la puesta en escena. Con transiciones bien logradas y un uso expresivo de las sombras y los contrastes, se acentuaron los momentos más dramáticos de la pieza.
Sin duda, un montaje de gran calidad y una dirección comprometida de Fausto Rojas con la visión de Lorca. El público, conmovido, despidió la función con una ovación de pie, reafirmando que el teatro sigue siendo un espacio de resistencia, arte y reflexión.
Un mes de puro “teatro por un cambio”
Para la celebración del Mes del Teatro, la Dirección General de Bellas Artes contempló una cartelera con obras teatrales de alto valor, como parte del programa “Teatro por un Cambio”.
La celebración inició con la presentación de la obra clásica “Casa de Muñecas”, en la sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes, los días 1 y 2 de marzo. La puesta en escena contó con las magistrales actuaciones de Paloma Palacios, Isen Ravelo, Robelitza Pérez y Jozze Sánchez, quienes dieron vida a los emblemáticos personajes de la obra, bajo la dirección de Indiana Brito.
Además, integró un diseño escenográfico de Carlos Ortega que transportó al público al universo de Ibsen. El vestuario, creado por Renata Cruz, evocó fielmente la época en la que transcurre la historia, mientras que la iluminación, fue responsabilidad de Ernesto López, que jugó un papel esencial en la creación de la atmósfera dramática. La música original de José Andrés Molina reforzó la carga emocional de cada escena, aportando una dimensión adicional a la narrativa.
Previo a la primera función de “Casa de Muñecas”, la Dirección General de Bellas Artes y el Teatro Rodante Dominicano reconocieron la trayectoria de la destacada actriz y productora Aidita Selman con la entrega de la Medalla al Mérito de las Bellas Artes (en Artes Escénicas).
Otras actividades que se llevaron a cabo fueron las “Noches Dramáticas”, protagonizadas por estudiantes de la Escuela Nacional de Arte Dramático en la Sala Manuel Rueda, del Edificio de las Escuelas de Bellas Artes, los días
El Teatro Rodante también extendió su gira “Teatro por un Cambio”, que arrancó el 18 y 19 de febrero en San Pedro de Macorís y Yaguate con la obra “El médico a palos”, de Molière. Luego continuó con funciones en Hato Mayor (19 de marzo) y Montecristi (26 de marzo, en la víspera del Día Nacional e Internacional del Teatro).
“Este tipo de montajes no solo entretienen, sino que educan y sensibilizan, ofreciendo al público una experiencia transformadora. Además, el teatro tiene el poder de abrir un espacio de reflexión sobre los valores universales, haciendo que los espectadores se sientan parte de un diálogo que atraviesa fronteras geográficas y culturales”, expresó Indiana Brito.
Apuntes sobre el Día Nacional del Teatro
Al amparo del Decreto No.1613, de fecha 15 de marzo de 1980, emitido por el Poder Ejecutivo, siendo presidente constitucional de la República, don Silvestre Antonio Guzmán Fernández, fue declarado el “Día del Teatro Dominicano”.
La creación del Día Nacional del Teatro fue motivada por una instancia que elevaran al Poder Ejecutivo varios participantes en el “Primer Coloquio de Críticos de Arte”, que se celebró en la ciudad de Santiago de los Caballeros, los días 23 y 24 de marzo del año 1980.