París.- El primer ministro francés, François Bayrou, presentó este martes su dimisión al presidente, Emmanuel Macron, que ya ha anunciado que nombrará a un sustituto en un plazo breve y no convocará elecciones como le pide buena parte de la oposición.

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La dimisión de Bayrou, que permaneció casi una hora y media en el Elíseo, abre la vía a que Macron nombre a su sucesor, mientras se multiplican las quinielas de nombres posibles de fieles del jefe de Estado, entre los que destaca el ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, o incluso de la izquierda, como el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, quien se ha ofrecido a ocupar el cargo.

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Es de esperar que Macron encargue a su quinto primer ministro de su segundo mandato que negocie un programa mínimo y, en particular, un proyecto de presupuestos para 2026.

Bayrou, que el lunes perdió de forma apabullante (364 votos frente a 194) la moción de confianza que él mismo había convocado para recibir respaldo a su diagnóstico sobre la delicada situación de las finanzas públicas y a sus planes para recortar el déficit, debería permanecer en funciones hasta que haya un nuevo Ejecutivo, aunque algunos medios barajan que el nombramiento del nuevo primer ministro sea inminente.

Coincidiendo con su dimisión, por primera vez en más de dos décadas la prima de riesgo de la deuda francesa superó esta mañana a la de Italia, con 82 puntos básicos frente a 81,8 en el contexto de la inestabilidad política, lo que la deja como la peor de la eurozona.

El veterano político centrista llegó al cargo tras la censura a su predecesor, el conservador Michel Barnier quien sólo estuvo en funciones tres meses. En su mandato de apenas nueve meses, tuvo que afrontar ocho mociones de censura, que en Francia no tienen carácter constructivo, es decir que pueden salir adelante sin que se forme un nuevo gabinete con una mayoría parlamentaria.

La profusión de mociones de censura en la situación de gran fragmentación parlamentaria que hay en Francia es resultado de la utilización de un dispositivo constitucional, el artículo 49.3, que permite al Gobierno adoptar un texto sin someterlo al voto del Parlamento, pero a condición de someterse inmediatamente a una moción de censura.

Sin embargo, el primer ministro saliente se expuso ayer sin estar obligado al voto de la Asamblea Nacional por su proyecto de presupuestos que prevé un recorte del déficit público de cerca de 44.000 millones de euros.