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Santo Domingo

Bayahíbe, cuando querer es poder

Quiterio Cedeño

En mis casi cuatro décadas interesado y siguiendo los temas del turismo, he sido testigo de como el desorden, la arrabalización y el desinterés de actores privados y públicos ha devorado el futuro de lugares especiales, con todas las condiciones de producir riquezas para el país y para la gente.

Lo he visto en Santo Domingo, la autopista de Las Américas, Boca Chica, Juan Dolio, San Pedro de Macorís, La Romana, El Cortesito, Miches, Sabana de La Mar, Samaná, Nagua, Cabarete, Sosúa, Playa Dorada, Santiago, Pedernales, Barahona, Bani, una larga lista, que en el caso de Santo Domingo comienza en el malecón.

Es una epidemia que destruye el inmenso potencial del poder turistico que puede darnos muchísimo más de lo que ya nos da.

En esto pensaba cuando escuchaba la explicación de la reorganización de los servicios y el uso del espacio turístico en Bayahíbe, que hará el Ministerio de Turismo.

Hace 50 años cuando la conocí este lugar era una idílica aldea turística, pero que con el crecimiento desordenado del componente popular en los últimos 30 años amenazaba con destruir parte de su potencial.

Lo que más me impresiono del reordenamiento es que todos los actores son beneficiados y los más importantes, que son los turistas, ganan un espacio excelente para el esparcimiento y aprovechamiento de la playa, es lo más importante porque sin ellos los vendedores y los demás que ganan con su presencia se quedaran sin poder alguno.

Lo de los turistas que van a los resorts es otra cosa. allí tienen orden, limpieza, calidad de servicios y todo está en su sitio. Pero, aun así, si la parte comunitaria es un desorden, termina afectando el componente hotelero, porque parte del encanto de Bayahíbe es la pequeña comunidad y sus hermosas playas públicas.

Para rescatar el encanto del área de playa pública, se reubicará el parque de automóviles y autobuses; los artesanos que ocupan la playa, y molestan a los visitantes con sus requerimientos de atención a sus artículos, serán ubicados junto a la playa en una plaza artesanal y casetas.

También se reorganizará el servicio de alimentos y bebidas en una plaza. Se ha planificado una reorganización del uso de espacio.

Ningún actor será eliminado y la infraestructura se levantará a pocos metros del área donde se mueven los turistas y próxima al lugar que ocupan ahora.

El área de playa que se utiliza para las embarcaciones que ofrecen excursiones marinas en el área y hacia la isla Saona y sus populares bancos de arena también será reorganizada. Se construirá un embarcadero, una marina seca, un lugar para amarre de lanchas y un rompeolas. Ese hermoso lugar será rescatado para la gente sin eliminar la operación de excursiones.

Ahora muchos aquí y allá, estamos atentos a este y otros proyectos que buscan impedir que el desorden devore lugares únicos como Bayahíbe. Es una oportunidad para demostrar que si se quiere se puede.

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