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Santo Domingo

Aumento de las remesas, foto en blanco y negro de una crisis

Carlos McCoy

Últimamente hemos estado leyendo en los periódicos nacionales titulares como este:

“Banco Central informa que las remesas alcanzaron unos US$2,500 millones en el primer trimestre de 2023, superando en 3.6 % al mismo periodo de 2022”.

Añadió que el año 2022 cerró con flujos cercanos a los US$10,000 millones, en línea con los pronósticos de la institución. Con fines presupuestales, agregamos nosotros.

Estos son encabezamientos aparecidos en varios periódicos nacionales y los han venido publicando año tras año en lo que va del periodo gubernamental del Licenciado Luis Abinader.

increíblemente, lo que el gobierno y las autoridades monetarias anuncian como un logro o algo positivo, debería ser motivo para pedirle perdón a la población dominicana. Esto así porque las causas de este incremento de las divisas que envían nuestros exiliados económicos tienen un solo origen.  El desproporcionado aumento de los bienes de consumo en nuestro país.

El Banco Central publica que Los precios de los bienes y servicios están hoy un 27.6 % más caros que hace cuatro años, al compararse mayo 2019 con el mismo mes en el 2023.

El incremento del índice de Precios del Consumidor, IPC, en el periodo 2019 –2023 equivale a una reducción del poder de compra del peso dominicano de 21.6 % en los últimos 4 años. En otras palabras, 100 pesos del 2019 tienen un poder de compra de 78.4 pesos en la actualidad.

La canasta familiar se incrementó de RD$34,000 en el 2019 a RD$43,000 en el 2022 y ha seguido su carrera alcista en lo que va del presente año.

Esto ha dado lugar a que la diáspora haya tenido que ejecutar malabares, para aumentar sus remesas y tratar de que las familias dominicanas receptoras de esos envíos puedan, por lo menos, mantener la misma calidad de alimentación que tenían en el año 2019.  Cosa que muchas no lo han logrado, pues, al subir escandalosamente los precios de la canasta básica se han visto obligadas, para que el dinero les alcance, a reducir la cantidad de alimentos que consumen. Poniendo en peligro su salud.

El gobierno, en vez de darse pataditas en el pecho por lo que ellos consideran un logro, deberían abocarse a reducir la inflación y estabilizar los precios para que este tipo de remesas de subsistencia en vez de incrementarse comiencen a menguar.

El dinero que envían nuestros dominicanos del exterior debe retomar los caminos del ahorro y las inversiones. Principalmente en bienes raíces. Un generador de empleos por excelencia.

Basta ya de presentar nuestra economía detrás de cortinas de oropel. Es una suerte que esta tragicomedia esté llegando a su final.

 

 

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