La Arquidiócesis de Santo Domingo negó que el obispo auxiliar de Santo Domingo, Ramón Benito Ángeles Fernández, está siendo investigado por el Vaticano por presunta agresión sexual a un menor de edad.
A través de un comunicado, la Iglesia Católica informó que “no tiene evidencias sobre la supuesta investigación, divulgada originalmente por un medio de comunicación digital de España, que no pertenece a instancia eclesial alguna”.
“Entendemos que la citada publicación busca dañar la reputación de Mons. Benito Ángeles y de nuestra iglesia”, sostiene el comunicado de prensa.
La Arquidiócesis de Santo Domingo defendió “la trayectoria fidedigna de trabajo pastoral, social, educativo y ético”, de Ramón Benito Ángeles Fernández.
Sostuvo que la referida trayectoria la Iglesia le nombró Obispo Auxiliar en la Arquidiócesis de Santo Domingo, después de realizar la acostumbrada investigación que somete a todo candidato.
Las acusaciones del diario español
De acuerdo al diario español, “en 1994 la víctima, de 14 años de edad, se acercó al Seminario Menor de La Vega, en la República Dominicana. Allí habría sido abusado y habría tenido relaciones sexuales con Mons. Ángeles”.
“Fue la víctima la que contactó con un sacerdote de su confianza para contarle lo ocurrido. Este sacerdote puso en conocimiento de la Nunciatura mediante un detallado informe las acusaciones contra Benito Ángeles al enterarse de que su nombre había estado en diversas ternas para ser nombrado obispo”, detalla el diario donde se realiza la denuncia.
El diario español detalla lo siguiente: “La noticia de la existencia de este informe llegó al conocimiento de Benito Ángeles y viajó junto con el arzobispo de Santo Domingo a Nueva York (lugar a donde se trasladó a vivir la víctima) en 2017 para «negociar» con él buscando una reconciliación y pedirle perdón por lo ocurrido”.
También cita: “En estas negociaciones también intervino el obispo emérito de Baní, Mons. Príamo Tejeda, actualmente suspendido de cualquier ejercicio del Ministerio en público, el cual instó a la víctima a declarar ante el Nuncio para decir que lo hablado con el sacerdote que dio la voz de alarma habría sido en confesión y, por lo tanto, estaría sujeto al sigilo sacramental, como un modo de sellar la información para que esto implicara una violación del mismo”.
Estas acusaciones fueron rotundamente negada por la Arquidiócesis de Santo Domingo.