Iniciamos el 2021 con la presencia activa de la pandemia del coronavirus, pero con el esperanzador inicio de la vacunación como vital y efectiva respuesta a un mal que ha colocado de rodillas al mundo.
Para la República Dominicana, la tarea inmediata y en firme ha de ser la unidad firme de esfuerzos, en procura de controlar el virus y continuar en el proceso de recuperación de la actividad productiva.
Ese esfuerzo mancomunado deberá encontrar sustento en unas autoridades responsables y competentes, con una población comprometida en su quehacer cotidiano con la preservación de la salud, sensiblemente lastimada por la pandemia.
A los ruegos y grandes deseos de respaldo divino, la República Dominicana deberá añadirle cuantos sacrificios sean necesarios para su autodefensa y retorno a la normalidad que nos impulse en el camino del desarrollo con equidad que reclamamos y merecemos.
Ese es el gran reto que nos trae este 2021 y que entre todos de seguro podremos lograr.