Altagracia Paulino
La seguridad alimentaria implica ingerir las calorías necesarias para mantener un cuerpo y una mente saludables. Esto significa consumir tres comidas principales y dos meriendas diariamente. Para garantizarlo, es esencial contar con una producción sostenible de alimentos que aporten los nutrientes requeridos para una dieta equilibrada.
La alimentación es, además, un derecho fundamental que respalda el principal de los derechos: el derecho a la vida. La producción sostenible se encuentra en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 12.
Actualmente, el país enfrenta una crisis en la producción de alimentos básicos que componen nuestra dieta tradicional: cereales, víveres como el plátano, leguminosas, hortalizas, frutas y vegetales. Estos tienen precios elevados debido a que la producción local no satisface la demanda.
Las principales fuentes de proteínas, como los huevos y el pollo están amenazadas, debido a la crisis con Haití. Además, la carne de cerdo y de res escasean y tienen precios exorbitantes.
El pasado fin de semana se celebró una feria agropecuaria en San Francisco de Macorís. A pesar de la gran afluencia por los espectáculos ofrecidos, no se cumplieron las expectativas en ventas. En estas ferias, se suelen realizar subastas. Según algunos asistentes, se ofrecieron más de 30 cabezas de ganado, pero solo se vendieron dos, a pesar de los incentivos del Banco Agrícola. La subasta tuvo que ser suspendida por falta de compradores.
Los productores de huevos han advertido sobre el posible sacrificio de tres millones de gallinas ponedoras. Ahora tenemos huevos baratos, por la baja en la demanda de los haitianos quienes se abastecen de la producción local, pero el precio actual es insostenible para los productores lo que genera incertidumbre.
La crisis en la producción de huevos y el constante aumento en los precios de productos agrícolas son indicativos del riesgo a la seguridad alimentaria.
Históricamente, el pollo y los huevos han sido fuentes de proteínas asequibles para las familias de bajos ingresos.
El 24 de octubre, presenciamos la difícil situación de los productores de huevos de Moca y Licey Al Medio. Solicitaron ayuda, ya que están siendo desplazados del mercado. La situación fue tan crítica que celebraron una «Misa de huevos presentes» en la iglesia Corazón de Jesús, llevando huevos como símbolo de su plegaria tanto a Dios como al gobierno.
Se ha dicho que la producción de huevos y pollos en el país es democrática porque brinda oportunidades tanto a pequeños como a medianos productores. Sin embargo, muchos de ellos marcharon en Moca y Licey para solicitar apoyo.
Dado que somos una isla y contamos con una Ley de Seguridad y Soberanía Alimentaria, es imperativo proteger la producción nacional. Nuestra condición geográfica nos hace vulnerables a conflictos internacionales que puedan restringir el acceso a importaciones, como sucedió durante la Segunda Guerra Mundial.
Es esencial no depender únicamente de las importaciones de alimentos y proteger a los pequeños y medianos productores, igual como se apoya a la gran industria, a las Zonas Francas y al turismo.
La FAO sostiene que los pequeños productores gestionan gran parte de los recursos naturales y ecosistemas, y representan el sustento de más de dos mil millones de personas en el mundo. Es vital que los pequeños y medianos productores continúen siendo proveedores de alimentos para el equilibrio adecuado en la oferta y la demanda para consumidores dominicanos.