Según Acoprovi, este escenario plantea un reto significativo para las Viviendas a Bajo Costo (VBC), ya que, según sus estimaciones, aproximadamente 10,000 viviendas que originalmente calificaban como VBC, aprobadas en 2023 y programadas para entrega en 2024, podrían perder esta clasificación debido al incremento en el precio del cemento.
Como resultado, agrega, numerosas familias dominicanas se verán imposibilitadas de acceder al bono de vivienda, afectando directamente su capacidad de adquirir un hogar propio.
La presidenta de Acoprovi, Annerys Meléndez, hizo un llamado urgente a los productores de cemento para que sean extremadamente cautelosos con cualquier ajuste en sus precios.
«Es crucial considerar el impacto directo que estos aumentos tienen en el acceso a la vivienda; un alza desmedida no solo reduce la accesibilidad de la población a viviendas económicas, sino que también podría conducir a una disminución en las ventas de viviendas, lo que eventualmente resultaría en una reducción del consumo de cemento, debido a que esta dinámica negativa impacta tanto al sector de la construcción como a la economía del país en general», sostuvo.
La organización, también señala que el reciente aumento salarial podría agregar un 7 % adicional al costo de la vivienda, sumando otra capa de presión sobre el mercado inmobiliario y los futuros propietarios.
Acoprovi solicitó a los actores de la construcción y materiales a trabajar juntos para mitigar estos aumentos de costos y garantizar que las viviendas sean accesibles para las familias dominicanas, manteniendo un mercado inmobiliario saludable y sostenible.