José Rafael Sosa
El teatro lo vuelve a hacer.
Ya son tantas las veces que nos convencimos, hasta ahora, de que lo presentado en tablas es ficticio y las emociones expresadas, creadas, no reales. Pero vuelve a hacernos sentir y creer….
¡Caramba…. es una magia que se reditúa y nos recoloca de nuevo en su juego de emotividades!
Cuando se sale de la sala Ravelo con la emoción prendada en la garganta, luego de que algunas espectadoras lloraran por el discurso de imágenes y parlamentos, tras la exposición de complejos sentimientos de solidaridad, dolor, impotencia, amor superviviente y como siempre gratificando la memoria con una más de las entregas que desde las tablas del escenario, nos seducen por su impacto y nos doblegan toda actitud de indiferencia ante el arte en una de sus formas más directas y puras: el teatro.
Acepto lo que sea, pero contigo (creo que la coma que es procedente por reglas gramaticales, por alguna razón el autor no la puso) lleva al espectador que nada sabe de su trama, a pesar que se trata de una más de las muchas comedias “busca moro”, de esas que un grupo de actore y figuras de la televisión rastrean por su impacto en taquilla (generalmente en Europa, Argentina o Estados Unidos) para provocar, con vía de la necesidad de la risa, unos pesos, bien ganados, pero artísticamente con la originalidad despedida, nada más allá.
Ese título deja el mensaje de estar ante una de muchas comedias insulsas, programadas para vender boletas, exponer caderas y recrear con palabrotas. En ese estado asistimos a esta función. Gracias al talento de jóvenes artistas…. No resultó lo esperado.
Richardson Díaz es un artista sorprendente. Un creador de concepto e intérprete actoral para cine y teatro que construye una carrera promisoria por lo que es tiempo ya de reconocerte la consistencia de su carrera. No es solo bueno en lo que hace. Producto de su formación, arraigada en su pasión por contar historias, Diaz es una expresión dramática novedosa, sorprendente y digna de ser tomada en serio.
Acepto lo que sea, pero contigo, como concepto e es un exordio inteligente y sensible a la soledad en la pareja, al drama de la salud ante sus últimas crisis, a la validez del amor vivido en concepción independiente de los formalismos sociales, al himno de lo cotidiano con sus ítems aprendidos, sus inocentes trampas de ubicación, y ya a final, a la validez del amor pasada o vivida toda tragedia. Como se expresa, un tema de serias vertientes y de interés para todo aquel ser que ama, que está solo, que vive en compañía.
Con la calidad de su concepto, Pepe Sierra, otro joven talento de la actuación y uno de los mejores del cine, desde que hizo un papel secundario en 2015, en Pueto Pa Mi, (Iván Herrera), con tan gracia que llamó la atención de la crítica y el público. Ahora entra a un proyecto de teatro en una doble condición: productor y protagonista, saliendo con los lauros del éxito porque ha logrado esa impecabilidad tan inalcanzable en una doble función tan riesgosa y exigente.
Asumió, con mucha seriedad, su papel de responsable de echar adelante el proyecto de arte como quehacer empresarial, y ha logrado coronar con éxito.
Sierra, actoralmente, es un talento de múltiples recursos interiores y exteriores, que bien explota, Ahora como Ernesto, asume la personalidad de un enfermo terminal de una catastrófica, y se luce el movimiento corporal, la vacilación en el manejo de la voz, las expresiones faciales, la intensidad y la ternura de su interpretación.
Judith Rodríguez (Bella) vuelve a hacerlo: emanando emociones intensas y cruzadas, expresando más de una personalidad de su rol, jugando con su voz y su cuerpo, eleva al público al extremo de sus capacidades, que generan emotividades intensas. Extraordinaria. No hemos salido del rictus de La mujer puerca, ese soliloquio en que evidencio que lo suyo nada tiene que ver con escándalos nacidos de la chismografía corporativa mediática o los titulares de vida efémera, cuando ya la tenemos como una Bella que ha de permanecer viva en nuestra memoria emotiva. Judith es el arte teatral vivo.
Llama la atención, la escenografía (responsabilidad de un Jose Enrique Calvoof (de quien no sabíamos nada antes), por su capacidad de ambientación desde lo simple, basado en colores base, minimalismo y un respaldar decorado de pared sencillamente inolvidable. Su manejo de los espacios, de los planos espaciales, la ductilidad de los muebles, hacen que uno se pregunte: ¿Quién es este tipo?
Finísimo el gusto del director al seleccionar a Pablo Milanés para apoyar musicalmente instantes cruciales en el montaje. Esas notas de Para Vivir no habían tenido nunca una escena tan adecuada para escucharse. Reconocimiento renovado al técnico, teatrista y titiritero Ernesto López por su diseño de iluminación, difícil y complejo, pero bien logrado.
Este montaje indica que, escénicamente, estamos en buen camino de la transición permanente en teatro, cuando se siente el firme paso de una generación talentosa a otra, en un ciclo inexorable, imposible de detener, positivo y necesario.
Si tiene oportunidad de disfrutar de esta joya escénica, no se la pierda.
Sinopsis: Una pareja joven con muchas ilusiones, pero que ignoran que a veces, el destino te presenta escenarios inimaginables: enfermedad, cotidianidades y temperamentos, harán de las suyas
Ficha Técnica
Acepto lo que sea, pero contigo
Drama con tintes de comedia
2023
República Dominicana
Dramaturgia: Richardson Diaz
Dirección: Vicente Santos
Producción: Pepe Sierra
Protagonices: Pepe Sierra (Ernesto) y Judith rodríguez (Bella)
Escenografía: Jose Enrique Calvoof
Creatividad lumínica: Ernesto López
Vestuario: V. Santos y J. E, Calvoof
Música: Alioska Michelén
Patrocinios:
Caribbean Cinemas, Jumbo, Downtown Center, Lanco y, Oncoserv (Servicio Oncológico Integral)