Ciudad de Panamá, (EFE).- Autoridades Nacionales de Semillas de Centroamérica y el Caribe sostuvieron una reunión en Panamá impulsada por la FAO para avanzar en el reconocimiento mutuo entre sus sistemas de producción de semillas, un paso clave para aumentar la productividad y resiliencia agrícola y consecuentemente la seguridad alimentaria y el combate del hambre.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!
En Centroamérica y el Caribe, al igual que en otras regiones del mundo, cada país cuenta “con una normativa interna de producción y comercio de semillas, y muchas veces falta la homologación, el reconocimiento mutuo”, lo que termina ralentizando el intercambio en el sector, explicó a EFE Wilson Hugo, oficial de Agricultura (Desarrollo del Sector de Semillas) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Hugo participó en la Reunión Técnica Regional de Autoridades Nacionales de Semillas: “Contribución de los Sistemas de Semillas a la Seguridad Alimentaria”, celebrada entre el lunes y este miércoles en la capital panameña.
En esta cita, que siguió a una primera desarrollada en Nicaragua en 2024 en la que participaron “organizaciones relacionadas con el sector formal de semilla”, se invitó a las “del sector informal, porque en la FAO nadie queda afuera del diálogo, tenemos que escuchar a todos, y los gobiernos tienen que estar presentes viendo cuáles son las opiniones de las organizaciones internacionales”.
El objetivo del encuentro panameño era presentar “una especie de propuesta técnica para que cada representante la lleve a su país, a sus ministerios, para ver si existe una aceptación para continuar con el trabajo de armonización de normas”, agregó Hugo.
Cultivos de seguridad alimentaria, la prioridad de la FAO
El mayor problema en cuanto a la homologación de normas en Centroamérica y el Caribe afecta a las variedades de semillas de granos básicos producidas en la región, principalmente frijol, maíz y arroz, explicó el funcionario del ente mundial.
“No estamos tocando el tema de cultivos industriales” porque la prioridad para la FAO son los cultivos de seguridad alimentaria, “y en ese sentido las variedades de semillas de granos básicos son producidas en la región, en cada país, y ahí es donde realmente se necesita esta reunión” en busca de una homologación.
Y es que “las variedades a veces tienen un nombre distinto y son las mismas, los estándares de producción de semillas a veces son distintos, y no deberían serlo, porque el número de inspecciones que fueron a hacer al campo es distinto y ya significa un sistema de producción y de control de calidad distinto, y así sucesivamente”, afirmó Hugo.
Semillas de calidad
La FAO señala que la búsqueda de un marco armonizado de semillas para la región incluye el trabajo en registro varietal, sistemas de inspección de campo, esquemas de etiquetado y trazabilidad, desarrollo de capacidades para el control de calidad de semillas y, en última instancia, el reconocimiento mutuo de los sistemas de certificación.
El ente de la ONU “siempre está trabajando para que, ya sea en un sistema formal o en uno informal, ya sea con certificación o no, exista un sistema que controle la calidad de la semilla con mecanismos estandarizados para que hablemos todos en el mismo idioma, para que el agricultor tenga en el momento que compre la semilla una garantía de calidad, sea quien sea que la entregó”, detalló Hugo.
En este sentido, el funcionario de la FAO valoró la certificación como sistema de control de calidad, pero resaltó que no es el único para garantizar la calidad de las semillas, puesto que hay “otros mecanismos alternativos, más ligeros” que también lo hacen.
Según datos de la FAO, cuando los agricultores siembran semillas de calidad de variedades mejoradas, los rendimientos pueden aumentar entre un 50 % y un 90 %, lo que significa más alimentos en la misma superficie y con menos insumos externos, un resultado que beneficia a agricultores, consumidores y al medioambiente. EFE









