Nueva York.- La tecnológica estadounidense Nvidia, líder global en el sector de semiconductores y la infraestructura para inteligencia artificial (IA), presenta resultados el próximo miércoles en una coyuntura marcada por la creciente incertidumbre en los mercados y la presión sobre la valoración de las empresas vinculadas a esa tecnología.

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En un escenario en el que su influencia es ya mayúscula y pese a que los inversores muestran cautela por una posible burbuja en la IA, Nvidia mantiene una valoración de unos 4,8 billones de dólares y un precio por acción en niveles récord, de 189,9 dólares por título.

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La empresa incrementó su beneficio neto un 59 %, hasta los 26.422 millones de dólares, en los tres meses anteriores, y reportó ingresos por 46.743 millones de dólares, un 56 % más respecto al mismo periodo del año anterior.

Los analistas esperan que, en el próximo trimestre, reporte ingresos cercanos a los 54.000 millones, mientras Wall Street sigue atento a la sostenibilidad del auge de la IA y a la capacidad de la empresa para mantener márgenes elevados.

Pero aparte de anunciar resultados, también se espera que adelante guías o proyecciones para los próximos periodos, de lo cual dependerá en mayor o menor medida la capacidad de calmar las dudas que empiezan a aflorar en los parqués.

Dominar el entorno de la IA

Con todo, el gigante tecnológico se convirtió el pasado 29 de octubre en la primera empresa en superar el umbral de los 5 billones de capitalización bursátil, poco después de anunciar el lanzamiento de sus nuevos procesadores basados en la arquitectura Blackwell.

En los últimos meses, también ha multiplicado sus alianzas para colocarse en el núcleo del ecosistema tecnológico global. Entre ellas destaca un acuerdo con OpenAI para desplegar al menos 10 gigavatios de sistemas Nvidia para los centros de datos de esa empresa o un contrato para construir “fábricas de IA” en Arabia Saudí con cientos de miles de GPUs avanzadas.

Mientras, en Estados Unidos colabora con el Departamento de Energía y laboratorios nacionales como Argonne y Los Alamos, para construir infraestructura de IA de alto rendimiento, y mantiene acuerdos con gigantes de la nube como Google, Microsoft y Oracle, para desplegar GPUs Blackwell en centros de datos y clústeres de entrenamiento de modelos.

En Europa y Asia, se asocia con gobiernos y grandes fabricantes, para desarrollar nubes de IA industriales y sistemas que pueden actuar de manera autónoma para cumplir objetivos, y también avanza en el sector salud junto a instituciones como Mayo Clinic, para avanzar en diagnóstico e investigación.

Según analistas citados por la cadena CNBC, todas estas inversiones sugieren una apuesta diversificada tanto en nube como infraestructura física como en simulación -modelos digitales que reproducen procesos, entornos o sistemas del mundo real-, para dominar la parte estructural de los ecosistemas que rodean a la IA.

¿Signos de inquietud?

No obstante, en los últimos meses el mercado ha empezado a mostrar signos de inquietud, con una creciente interrogante sobre hasta qué punto toda la inversión en IA va a dejar resultados tangibles que justifiquen valoraciones bursátiles tan elevadas.

La propia Nvidia ya sufrió en sus propias carnes el despegue de su rival chino Deepseek, cuya irrupción el año pasado en el mercado de modelos de IA a gran escala provocó caídas temporales en sus acciones y reavivó el debate sobre la sostenibilidad de la tecnología y la dependencia del hardware más avanzado.

De hecho, al consejero delegado de Nvidia, Jensen Huang, el octavo hombre más rico del mundo según Forbes, le preocupa el “entramado de regulaciones” de los gobiernos occidentales, que unido al bajo coste de la energía en China hacen que vea al gigante asiático como “el claro vencedor” en el futuro de la guerra tecnológica entre las grandes potencias, según dijo recientemente a Financial Times.

Las crecientes tensiones geopolíticas, como las restricciones de exportación de chips hacia la propia Chin, y la creciente competencia en el hardware de IA también amenazan la sostenibilidad de los márgenes de Nvidia y otras empresas del sector, según los expertos, que sin embargo creen que la demanda de infraestructura para esta tecnología “seguirá siendo fuerte”. EFE