El presidente Donald Trump ha reconsiderado su firme política de control migratorio, al suspender la persecución de inmigrantes irregulares que laboran en las áreas de la agropecuaria, la construcción y la hotelería.

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Ha sido la respuesta a todas luces pragmática de la administración Trump al impacto negativo sobre la economía estadounidense de la persecución y expulsión de mano de obra extranjera irregular en la poderosa nación.

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Como en Estados Unidos, la economía dominicana ha sido impactada por la aplicación de medidas de control migratorio que han afectado sectores de alto valor productivo como la agropecuaria, la construcción y el turismo.

Se trata de sectores donde se ha verificado una sensible reducción de la mano de obra que ha traído consigo una marcada y sostenida desaceleración de esos tres grandes pilares de la economía, desde hace muchos años dependientes de mano de obra extranjera.

Creemos pertinente una revisión de las medidas tomadas, en función de dar respuesta al impacto nocivo sobre la economía que ha provocado la caída en la mano de obra, sin menoscabo de la  importante y vital política de control migratorio.

Las condiciones están dadas.