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Santo Domingo

¿Un papa para Dios o para la agenda global?

Doctor Javier Dotel

En la historia del papado, es el primer pontífice norteamericano, León XIV. ¿Qué carga simbólica tiene la elección de este nombre? El nombre León, ha sido usado por 13 papas anterior al él. Según algunos teólogos el nombre implica algunos elementos de poder.

En la tradición cristiana el León representa a Cristo como Rey y vencedor, es símbolo de valentía, justicia y vigilancia espiritual. Talvez desde el punto de vista católico tendría otro significado?

La alerta profética nos dice lo siguiente: No es una elección más, no es un relevo de uno por otro, es una alerta que incluye tremendas implicaciones. Lo que ahora pasa en el mundo no es religión, es profecía. El nombre de León no se usaba hace mas de 120 años. Pero al combinar León con el 14, nos entramos en aspectos de gran profundidad espiritual. En el valor matemático de la gematría judía el número 14, representa al rey David, también es símbolo de reinado mesiánico en el simbolismo judío, ahora se asocia con el vaticano.

14 generaciones desde Abraham a David, 14 generaciones desde David a las deportaciones babilónicas, 14 generaciones desde las deportaciones babilónicas hasta el mesías. Este es el nombre que escogió el papa León 14. Esta será la última usurpación antes del juicio. León representa Rey, guerrero, juicio. Hay un texto interesante en las escrituras. Genesis 49:9 “Cachorro de León es Juda…el cetro no se apartará de Juda, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shilo”. Aquí esta hablando de liderazgo eterno y el mesías descendiente de David es precisamente el León de Juda. Resulta que ahora hay otro León, que es un León humano. León 14 es un código profético.

La elección del nuevo Papa ha provocado una profunda reflexión dentro de la comunidad cristiana global. Aunque el mundo celebra este evento como una transición pacífica del liderazgo católico, una mirada más crítica revela que estamos ante un giro radical en la forma en que el papado se posiciona frente a los valores tradicionales del cristianismo. Desde su primer discurso, el nuevo pontífice ha revelado simpatías ideológicas que lo alinean con los pilares del globalismo moderno, dejando a muchos cristianos preguntándose si estamos ante un verdadero pastor de almas o un portavoz de agendas internacionales.

La Agenda 2030 y el nuevo Papa: ¿coincidencia o alianza?

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, promovida por las Naciones Unidas, ha sido adoptada con entusiasmo por el nuevo Papa, quien la ha calificado como “una hoja de ruta para el bien común de la humanidad”. Aunque sus objetivos parecen loables, erradicar la pobreza, promover la equidad, enfrentar el cambio climático, detrás de esta fachada se oculta una peligrosa plataforma de relativismo moral, ideología de género, restricción de soberanías nacionales y una clara amenaza a las libertades religiosas.

El nuevo Papa no solo ha respaldado públicamente esta agenda, sino que ha participado en foros globales junto a líderes políticos y empresariales que abogan por un nuevo orden mundial con valores alejados del cristianismo bíblico. Sus discursos contienen expresiones como “redefinir la humanidad”, “una espiritualidad inclusiva” y “construir una nueva civilización de justicia climática”. ¿Dónde queda la misión esencial del evangelio de Jesucristo en medio de esta narrativa?

“Y no os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…”

(Romanos 12:2, RVR1960)

El rol del Papa no debe ser la promoción de agendas políticas internacionales, sino la defensa irrestricta del Evangelio eterno. De lo contrario, se corre el riesgo de que el papado se convierta en una institución funcional a los intereses del sistema del mundo.

Hostilidad diplomática hacia Donald Trump y el conservadurismo

Otra faceta reveladora del pensamiento del nuevo pontífice es su abierta crítica a los nacionalismos conservadores, en particular al expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Sin mencionar nombres, ha señalado en múltiples ocasiones que “los muros dividen, los puentes unen”, haciendo clara referencia a las políticas migratorias y de seguridad fronteriza implementadas por Trump.

Pero más allá de las diferencias políticas, lo que preocupa es que el Vicario de Cristo asuma un tono ideológico que desacredita a los defensores de la fe, la familia y la vida, acusándolos de ser “retrógrados, intolerantes y fanáticos religiosos”. De esta manera, el Papa rompe con la imparcialidad pastoral para convertirse en un actor político con sesgo.

¿Es este el camino del Buen Pastor o el de un gestor ideológico? Jesús confrontó a los poderosos, pero jamás se alineó con los sistemas del mundo. Su reino no es de este mundo (Juan 18:36), y Su verdad no depende del consenso de las élites.

Ambigüedad doctrinal frente al matrimonio homosexual

Una de las señales más escandalosas de esta nueva era papal es la ambigüedad frente a la doctrina bíblica del matrimonio. Aunque el nuevo Papa afirma que “el matrimonio es entre un hombre y una mujer”, ha manifestado apertura a bendecir uniones del mismo sexo, lo cual ha generado una confusión doctrinal sin precedentes dentro del catolicismo tradicional.

El argumento de la “inclusión pastoral” ha sido usado como justificación para acomodar el pecado en lugar de confrontarlo con la verdad del Evangelio. La Biblia es clara:

“Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas… y los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros…”
(Romanos 1:26-27, RVR1960)

El amor cristiano no consiste en afirmar todo lo que el prójimo desea, sino en decirle la verdad que salva. La misión de la Iglesia no es adaptarse al espíritu de la época, sino anunciar el arrepentimiento y la salvación en Cristo Jesús.

Inmigración ilegal: ¿misericordia o desorden moral?

El nuevo Papa ha mostrado un activismo decidido en favor de la inmigración abierta. Ha exhortado a los gobiernos a eliminar fronteras, acoger a todo migrante sin condiciones y garantizarles derechos sin importar su estatus legal. Si bien es cierto que la Biblia nos llama a amar al extranjero (Deuteronomio 10:19), también nos enseña que Dios es Dios de orden y que debemos respetar las leyes legítimas establecidas por las autoridades.

La inmigración descontrolada, aunque en nombre de la compasión, termina fomentando el caos, la explotación, el narcotráfico y el debilitamiento de las identidades nacionales. En lugar de ser una acción misericordiosa, puede convertirse en una irresponsabilidad institucional.

“Sométase toda persona a las autoridades superiores… porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios”

(Romanos 13:1,4, RVR1960)

Los líderes espirituales deben tener cuidado de no sustituir el mandato bíblico por discursos globalistas que desfiguran la verdad bajo ropajes de solidaridad mal entendida.

¿Una iglesia que se subordina al sistema del mundo?

La elección del nuevo Papa plantea un interrogante trascendental: ¿Estamos presenciando el surgimiento de un líder espiritual conforme al corazón de Dios, o el ascenso de una figura religiosa funcional a un sistema global alejado de las Escrituras?

No se trata de juzgar al hombre, sino de discernir los tiempos. La Palabra de Dios advierte:
“Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía…”
(2 Tesalonicenses 2:3, RVR1960)

Los creyentes debemos mantenernos firmes en la verdad revelada, orar por la Iglesia universal y pedir sabiduría para resistir la seducción del error. Hoy, más que nunca, la voz profética debe alzarse para defender la fe que una vez fue dada a los santos (Judas 1:3).

No necesitamos un Papa activista, ni un Papa diplomático, ni un Papa ecologista. Necesitamos pastores que prediquen el arrepentimiento, proclamen la cruz y esperen la venida gloriosa de nuestro Señor Jesucristo.

 

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