Humberto Almonte

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Analista de Cine

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Las dictaduras o cualquier régimen de tintes autoritarios acuden siempre al usual libreto de las desapariciones. Primero desaparecen la legalidad democrática, después la tranquilidad y más tarde a las personas. Aunque no sea  necesariamente en ese orden, la película de Salles Aún Estoy Aquí  (Ainda estou aqui), si funciona con esa linealidad para describir los sucesos que rodean la desaparición de Rubens Paiva. 

Lo ominoso del ambiente se instala desde el inicio sin que desaparezca hasta una cierta parte de la trama, todo ello montado sobre un ritmo asordinado que permite al espectador una mirada de conciencia activa, dándonos a entender de que estamos asistiendo a unos hechos que se están desarrollando en el momento, no solo por la semejanza con sucesos actuales, sino más bien por la decisión estilística de no narrar asépticamente. De ahí nuestra conexión emocional con esta película.  

La historia está basada en las memorias de Marcelo Rubens Paiva, en las que narra cómo su madre se vio obligada al activismo político cuando su marido, el diputado izquierdista Rubens Paiva, fue capturado por el gobierno durante la dictadura militar de Brasil, en 1971.

 

En la dirección estuvo Walter Salles, el guion es de Murilo Hauser y Heitor Lorega, inspirado en el libro de memorias de Marcelo Rubens Paiva. El elenco lo componen Fernanda Torres, Fernanda Montenegro, Selton Mello, Guilherme Silveira, Antonio Saboia, Valentina Herszage, Maria Manoella y Luiza Kosovski, entre otros. 

A más de 50 años  de la desaparición de Rubens y de la lucha de Eunice por encontrar su paradero, que esta obra cinematográfica tenga repercusión en el público demuestra que la herida dejada por la dictadura militr no se ha cerrado aun y que Walter Salles mantiene el toque que hace atractivo su cine. 

A pesar de las dictaduras mañana será otro día

Aún Estoy Aquí  nos muestra la vida de la familia Paiva / Facciolla antes, durante y después de la desaparición de Rubens (Selton Mello), con el detalle de articular una atmosfera psicológica para cada una de esas situaciones, logrando que la intranquilidad, el miedo, el espíritu de resistencia a la injusticia y la tristeza, estén unidos como un todo sin que se fragmente la narrativa fílmica. Algo que debe anotársele a la mano directoral y a la visión bien estructurada y firme de Salles.  

Capitaneada por Eunice (Fernanda Torres), la familia y sus integrantes Vera, Eliana, Marcelo, Babiu y María Beatriz, resisten las embestidas unos con mas información que otros, sobre todo los más pequeños. El detalle importante son los matices con que la película mira a cada uno de los niños, la evolución de sus personajes, su integración a la estructura narrativa sin que se desgajen de ella, dado que son sumamente importantes desde el inicio hasta el final de la estructura. 

Tres son los integrantes de este núcleo familiar que van a prisión, Rubens, Eunice y Eliana, una experiencia brutal para un padre, una esposa, una madre y una niña. La película plantea estos acontecimientos con mucha mesura y contención para evitando el melodramatismo artificioso y vacío, consiguiendo una expresividad donde prima lo verosímil. De ahí su potencia dramática. 

La multiplicidad de personajes de diversa importancia desempeña un papel crucial pues sin esos efectivos actores y actrices de reparto el impacto se diluiría, puesto que los personajes de cada niño, niña, familiar de la trabajadora hogareña Zesé o de los militares, gozan de una construcción sólida sin lugar para personajes con defectos estructurales.

En el mismo tono de contención en que transcurre la narración, Fernanda Torres asume a una Eunice Facciolla Paiva cuya fuerza interior se proyecta más allá de la pantalla. Torres dota a su personaje de una profundidad psicológica de altos quilates que impone su presencia de forma que llena todo el espacio del recuadro, y a su vez, nunca pierde ese lazo que la une con los demás personajes en una confluencia actoral que eleva la película. 

Las diversas atmósferas que logra Walter Salles y que encajan armoniosamente como un lego para contribuyen con la unidad de la obra, partiendo desde el trabajo de guion de Murilo Hauser, Heitor Lorega, basados en las memorias de Marcelo Rubens Paiva, la sapiencia musical de Warren Ellis, la fotografía casi documental de Adrian Teijido y el montaje minucioso e invisible de Affonso Gonçalves, un esfuerzo creativo colectivo desde donde emerge este poderoso filme. 

Contra tiranos y contra asesinos 

Cuando un periodista le pregunta si el gobierno no tiene problemas más urgentes que arreglar el pasado, la respuesta de Eunice es lapidaria: «Lo más importante es esclarecer todos los crímenes cometidos durante la dictadura, de lo contrario seguirían cometiéndose impunemente». Y si actualizamos estas palabras recordemos los crímenes cometidos durante la gestión del nostálgico de la dictadura Jair Bolsonaro. 

Aún Estoy Aquí  (Ainda estou aqui) de Walter Salles no es una denuncia escandalosa ni un panfleto que busca cinco minutos de fama.  Es más bien un recordatorio que una de las misiones del arte y del cine es la de no servir simplemente para documentar hechos, pues además de eso, el artista o realizador de cine debe hacerlo con el rigor y la pericia estética de Salles.