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El panorama es prometedor para economía local, pese a desafíos

La economía dominicana inició el 2025 con un panorama desafiante pero prometedor. Si bien el 2024 cerró con cifras positivas en crecimiento, inflación y empleo, el nuevo año plantea retos derivados de un contexto internacional complejo y dinámico.

Así lo plantea el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) en su artículo “La economía dominicana frente al nuevo escenario internacional”, publicado en “Página Abierta”.

En este análisis, los autores Elisa Vilorio de Painter y Julio Andújar Scheker exploran los principales factores que inciden en la economía mundial y cómo estos impactan en el crecimiento y la estabilidad de la República Dominicana. El documento reconoce el sólido desempeño macroeconómico del país en 2024, destacando un crecimiento del PIB del 5%, una inflación controlada en 3.35% y la creación de más de 140,000 empleos formales.

Sin embargo, el Banco Central advierte que el 2025 estará marcado por la volatilidad, los riesgos geopolíticos y la incertidumbre en las políticas económicas, comerciales y migratorias del gobierno estadounidense. Estos elementos configuran un escenario internacional complejo que exige una lectura cuidadosa y una adaptación estratégica por parte de la economía dominicana.

El artículo del Banco Central identifica varios retos que plantea el nuevo escenario internacional. En primer lugar, destaca la incertidumbre en la política comercial y migratoria de Estados Unidos, que podría generar tensiones y afectar el flujo de comercio internacional. En segundo lugar, señala el elevado endeudamiento global como un factor de riesgo para la estabilidad financiera de las economías emergentes.

Asimismo, el documento subraya la persistencia de riesgos geopolíticos, como la continuación de la guerra en Ucrania, que podrían impactar en los precios de los commodities, especialmente el petróleo. La incertidumbre en torno a la política migratoria estadounidense también se menciona como un factor a considerar, aunque se espera que sus efectos sobre la diáspora dominicana sean limitados. A pesar de estos desafíos, el Banco Central también identifica oportunidades para la economía dominicana. En primer lugar, destaca la diversificación de las exportaciones y el “nearshoring” como estrategias para mitigar los riesgos comerciales y aprovechar la relocalización de cadenas de suministro.

La cercanía a mercados clave y la diversificación productiva son elementos que juegan a favor de la República Dominicana en este contexto.

En segundo lugar, el artículo resalta la solidez de los fundamentos económicos del país, como el flujo de remesas, los ingresos por turismo, la inversión extranjera directa y las reservas internacionales. Estos factores proporcionan un colchón para enfrentar la volatilidad externa y mantener la estabilidad cambiaria.

El Banco Central dedica un espacio importante al análisis del mercado petrolero, un factor clave para la economía dominicana. Señala que la política energética de Estados Unidos y una posible reducción en la demanda global podrían mantener los precios del petróleo bajo control, lo que representaría una oportunidad para el país.

No obstante, advierte que riesgos geopolíticos y decisiones de la Opep podrían generar presiones al alza en los precios del crudo, lo que impactaría negativamente en la economía local.

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