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Santo Domingo

El aprendiz (The Apprentice), entre el Oscar y la realidad trumpista

Humberto Almonte

Analista de Cine

Este  abordaje de El aprendiz (The Apprentice) puede parecer tardío y realmente es así de manera deliberada pues me interesaba contrastar esta historia sobre Trump y la génesis,  de su visión política, familiar y empresarial del magnate que en estos momentos ocupa, o re ocupa, la presidencia de Estados Unidos. 

Ahora, visto lo visto, a días de su vuelta a la Casa Blanca, si al estrenarse la película parecía quedarse corta frente al personaje real, la ficción que maneja esta obra fílmica palidece delante de los hechos. 

El Trump apreciado desde las noticias y las acciones que ha tomado ha sobrepasado dramáticamente el intento de El aprendiz. 

La película cuenta la historia que forjó la relación entre un antiguo tiburón, el poderoso abogado Roy Cohn, junto a un tiburón aún mayor: el joven empresario y futuro presidente de los EE.UU. Donald Trump. Un joven Trump ansioso por hacerse un nombre como segundo hijo de una familia adinerada en el Nueva York de los años 70, cae bajo el hechizo de Roy Cohn, el despiadado abogado que ayudaría a crear al Donald Trump que conocemos hoy. Cohn ve en Trump al protegido perfecto: alguien con una ambición desmedida, sed de éxito y dispuesto a hacer lo que haga falta para ganar.

La dirección recae en Ali Abbasi y el guion es obra de Gabriel Sherman. El elenco lo componen Sebastian Stan, Jeremy Strong, Maria Bakalova, Martin Donovan, Catherine McNally, Charlie Carrick, Ben Sullivan, Mark Rendall y Joe Pingue, en esta producción canadiense de 120 minutos de duración. 

Lo que intenta el realizador es deconstruir la figura de Donald Trump, remitiéndonos a los orígenes de su carrera empresarial y política y a la conexión con su mentor Roy Cohn. Pero, ¿lo logra? Si lo vemos relativamente informativo o desde un espectador poco exigente puede ser, aunque no desde una construcción técnica, discursiva o rigurosamente analítica, ni mucho menos a partir de aquel publico más demandante. 

Entre killers y perdedores 

El aprendiz no supera la planitud narrativa y rítmica de ciertas películas (Tv movies) que se programan para después de almuerzo o de cena, pues está construida como a retazos, es decir, una sucesión de momentos, acontecimientos y hechos que no llegan a constituir una unidad ni a convertirse en una atmósfera que capture totalmente nuestra atención. 

Un titulo más apropiado sería El Maestro y El Aprendiz o El Aprendiz y El Maestro,  puesto que esta historia es tan esquemática donde el aprendiz Donald Trump (Sebastian Stan) y el maestro Roy Cohn (Jeremy Strong) ocupan los focos centrales de este relato, personajes contemporáneos que han terminado por redefinir la política norteamericana y la geopolítica contemporánea. 

El desbalance narrativo y dramático es evidente cuando nos encontramos con la construcción de un personaje magnético y unilateral como Trump o de la precisa villanía de Roy Cohn, colocados al lado de otros como el Freddy Trump de Charlie Carrick, la Ivana de María Bakalova, o el Fred Trump de Martin Donovan, entre otros, que no están a la altura del arco de Donald, lo que produce un desbalance que lastra toda la construcción dramática.  

Sebastian Stan y Jeremy Strong se echan encima todo el edificio interpretativo de El Aprendiz, de ahí que sus solidas interpretaciones sean reconocidas con sendas nominaciones como Mejor Actor y Actor de Reparto al Oscar 2025, algo que no basta para elevar la película en el interés de los espectadores y la critica debido a una dirección, un guion o un montaje que no se sale de lo obvio ni consigue destacar sobre otras obras cinematográficas exhibidas en el 2024. 

Uno de sus más elementales fallos que observamos es el de no captar esa atmosfera de los años 70, salvo algunas referencias muy parcas que no reflejan con suficiente propiedad los matices ni los detalles de una época muy convulsa. Tampoco el guion de Gabriel Sherman se toma su tiempo ni sus conocimientos como guionista para solidificar a políticos tan importantes como el presidente Nixon o Ed Koch, alcalde de New York u otros personajes. 

To Trump or not to Trump 

Los espectadores no se aclaran si estamos delante de una comedia dramática o de un drama a secas, lo que también confunde al espectador, puesto que podemos llegar a pensar que estamos delante de un show cómico con toques de drama en una narrativa genérica mixta que no ayuda a conectarse con ella. 

El aprendiz (The Apprentice) de Ali Abbasi acierta en el timing de colocar en pantallas una mirada retroactiva sobre Donald Trump, tratando de ver las raíces de sus actitudes e ideas, pero no nos aporta mayor profundidad e información de lo que ya sabemos o vemos en los medios de comunicación o en las redes. Por otro lado, su articulación dramática y técnica tampoco cumple con los estándares de ese cine de elevados valores de producción al que estamos acostumbrados en la mayoría de ciertas películas de prestigio. 

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