Por lo visto hay un amplio consenso sobra la necesidad de una reforma fiscal. Pero de la misma manera, una gran mayoría desaprueba el proyecto sometido por el gobierno al Congreso Nacional con esos fines.
Siendo así, todo indica que la ruta a la que debemos abocarnos es al diálogo y a la concertación.
Debemos procurar una ruta en forma responsable que nos lleve a un pacto fiscal que le de respuesta a la necesidad de recursos que tiene el Estado, sin socavar las bases del crecimiento con estabilidad de la economía y manejar con real y efectiva equidad la carga impositiva que traería consigo el proyecto
Para eso deben sentarse a dialogar gobierno, empresarios, trabajadores, políticos y actores sociales involucrados en el entramado productivo y de desarrollo del país.
Estamos a tiempo. Manos a la obra.