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El Pingüino (The Penguin) una serie que corrige un largometraje

Humberto Almonte

Analista de Cine

En una gran cantidad de casos, las series se derivan de películas exitosas, pero esto no es lo que ocurre con esta serie que está conectada al personaje de Oswald “Oz” Cobb / El Pingüino (The Penguin), archienemigo de Batman. Por lo tanto, se relaciona con el personaje interpretado destacadamente por Colin Farrell en The Batman (2022), un reboot del universo del hombre murciélago, película muy desigual por sus altas y sus bajas. 

 El Pingüino (The Penguin), es una miniserie de TV (2024) producida por 6th & Idaho Productions, DC Entertainment, Dylan Clark Productions, Warner Bros. Television, Warner Bros. Discovery y distribuida por HBO Max, Max. 1 temporada, 8 episodios. Serie centrada en el personaje de El Pingüino, de la película ‘The Batman’ (2022), interpretado por Colin Farrell y que cuenta entre sus productores ejecutivos a Matt Reeves, director de la película antes mencionada 

La dirección de los dos primeros episodios fueron dirigidos por Craig Zobel, pero en el primero, «After Hours» (After Hours), el guion correspondió a Lauren LeFranc, y el segundo, «El hombre infiltrado» (Inside Man), fue escrito por Erika L. Johnson, todos derivados de los personajes creados por Bill Finger y Bob Kane. El elenco de ambos está integrado, principalmente, por Colin Farrell, Cristin Milioti, Rhenzy Feliz, Deirdre O’Connell, Clancy Brown, Michael Zegen, Berto Colón, Scott Cohen y Mark Strong, entre otros. 

 

Al contrario de la película, el realizador  y las guionistas eligen concentrarse en un personaje central y unos secundarios o adversarios sólidos, además evitando la sobrecarga de personajes que debilitarían la efectividad dramática e impedirían dotar a este producto audiovisual de una atmosfera adecuada, lo que observando los resultados, ha sido un gran acierto.

Capítulo uno: «After Hours» (After Hours)

Este inicio, que viene después del desastre provocado en Ciudad Gótica después del enfrentamiento de El Acertijo y Batman, además de la muerte del capo  Carmine Falcone y la posterior de su heredero Alberto, con las consiguientes pérdidas para los mafiosos en el negocio de la droga Drop, lo que nos muestra son los primeros pasos de Oswald “Oz” Cobb / El Pingüino (Colin Farrell), hacia las cumbres de la estructura criminal en la ciudad, ya sin la presencia de sus anteriores jefes. 

Un obstáculo para las ambiciones de ascenso del Pingüino es la peligrosa psicópata Sofía Falcone (Cristin Milioti), cuyo desequilibrio mental y ansias de vengar la muerte de su hermano Alberto (Michael Zegen), es un peligro para el otro jefe mafioso, Salvatore Maroni (Clancy Brown), para la estructura que maneja el clan Falcone y por supuesto, es la adversaria principal en esa carrera hacia el trono de la criminalidad de Ciudad Gótica para nuestro antihéroe. 

Oz incorpora a un aprendiz de las artes criminales, a quien según él, puede verle ciertos talentos, aunque para el joven Víctor «Vic» Aguilar (Rhenzy Feliz), no será precisamente un camino fácil, pues su curva de aprendizaje desde un ladronzuelo de poca monta que desvalija partes de automóviles, no progresa a la velocidad que espera de su joven promesa. 

 

A mucha gente se podría olvidar de la importancia de la madre de Oz, Francis Cobb (Deirdre O’Connell), y subestimar su importancia, pero gran parte de la estructura mental de este hombre gira alrededor de su madre como figura guía, como fuente de su visión del mundo y como matrona, siendo su cable a tierra a pesar de sus tempranos indicios de demencia. Lo corto de su papel no nos debe distraer de la importancia de su rol como personaje principal.

Capítulo dos: «El hombre infiltrado» (Inside Man)

Si el primero fue un capitulo de establecimiento donde las situaciones comienzan embrionariamente a desarrollarse, el segundo avanza hacia una mayor profundización de los conflictos de los personajes, de  las tramas y subtramas, todo ello al ritmo moroso del jazz, donde los tempos aceleran la acción en una especie de andante moderato, como se diría en lenguaje musical.   

Todavia no es el todos contra todos, pero el atraco al camión que transportaba el cargamento de la droga Drops por parte de los Maroni nos hace ver que el agua comienza a hervir entre los clanes mafiosos enfrentados. Pero también hay conflictos o puntos de vista divergentes al interior de cada grupo y eso incluye a los Falcone donde Oz/ El Pingüino se mueve sigilosamente tratando de encontrar lo más beneficioso para sus intereses personales. 

 

Sofía Falcone, al igual que las serpientes venenosas que sacan la lengua para olfatear las presas, busca al soplón incrustado en sus estructuras, y ese nivel de paranoia da resultado, pues la pone en la pista de descubrir al aliado de los Maroni dentro del clan Falcone, aunque esta vez la suerte y agilidad mental de Oz le ayudan a esquivar el peligro. 

Un dicho muy socorrido dice que el enemigo de mi enemigo es mi amigo, o por lo menos mi aliado, diría yo, y este pensamiento estratégico hace a Sofía buscar una alianza con El Pingüino porque se da cuenta que la cultura patriarcal la relega a un rincón, no necesariamente por sus desequilibrios mentales, y ella quiere, al igual que Oz, el poder supremo. 

Los entresijos de la lucha por el poder 

La apuesta estética  de El Pingüino (The Penguin)  por parte de sus realizadores y guionistas en los capítulos uno y dos, consta de variantes que buscan solidificar su discurso y la factura técnica, y así se enfocan en armar una historia con personajes sólidos, no dejar cabos sueltos en el guion, cuidar la dirección artística, sostener el ritmo narrativo y esa atmosfera asentada en los claroscuros de raíces pictóricas. La atención al tema étnico, incluyendo a lo latino, nos habla de no escapar ningún detalle que enriquezca la trama. 

Tres personajes y los actores que los interpretan, sobresalen entre la multitud, entre ellos, un Colin Farrell (Oswald “Oz” Cobb /  El Pingüino), asumiendo a este ambicioso criminal lleno de traumas físicos y psicológicos que Farrell aborda con una habilidad de orfebre. Cristin Milioti en la piel de la psicópata Sofía Falcone, a la que Cristin le infunde una impresionante energía actoral, y Rhenzy Feliz como Víctor “Vic” Aguilar, un ladronzuelo de poca monta que deviene en protegido de Oz, en donde el actor dominico/estadounidense se mantiene hombro con hombro a lado de Farrel y Milioti. 

Al margen de la calidad en las interpretaciones, la base para esa efectividad expresiva también descansa en la arquitectura para la construcción del mundo interior de ellos en el guion, cada uno cuenta con una historia psicológica, con un bagaje emocional y con una historia de vida que fundamenta sus acciones y actitudes actuales. De ahí su fortaleza en proyectar hacia el espectador personajes con fuertes dosis de credibilidad.  

El Pingüino (The Penguin)  es una mirada incisiva en el mundo criminal pero también funciona como un análisis del poder, de las luchas por ascender en la escala social dentro de tal o cual institución y detalla esa fascinación de determinados individuos por los beneficios, sean legales, éticos o no, del ejercicio del poder. La dosis de realidad de esta serie la alejan de la línea usual de Marvel y de sus héroes y antihéroes carentes de sustancia. 

 

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