El atentado contra Donald Trump ha concitado el repudio mundial.
A pesar de que Trump en muchas ocasiones incita a la violencia, este suceso dista mucho de un país democrático.
Pero Estados Unidos ha vivido niveles de violencia nunca vistos en los últimos años. Masacres tras masacres.
Es un país violento y permisivo de las armas de fuego.
La ciudadanía está hastiada y reclama medidas. Por eso todo el mundo repudia el ataque a Trump.
Los legisladores, ahora, se van a poner del lado de la ciudadanía. Pero eso es de la boca para afuera.
El negocio de las armas es muy grande y deja muchos dividendos. No hay señales de que se aproxime su fin.