Marcel Gascón
Kiev. A menos de diez días de que tenga lugar en Suiza la cumbre sobre la guerra impulsada por Ucrania, las diplomacias de Kiev y Moscú siguen luchando por la atención y las simpatías de los líderes del llamado Sur Global con América Latina.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha mantenido este jueves conversaciones con la presidenta de Perú, Dina Boluarte, y con el primer ministro indio, Narendra Modi, a quien ha felicitado por su reciente victoria electoral.
Zelenski ha invitado a ambos a visitar Ucrania en el momento en que les resulte “conveniente” y les ha animado a asistir a la llamada Cumbre de Paz que por iniciativa de Kiev se celebrará el 15 y el 16 de junio en la localidad suiza de Bürgenstock, cerca de Lucerna.
Ucrania dice tener confirmada la asistencia de representantes de más de cien países y organizaciones internacionales, pero el éxito de la iniciativa dependerá en gran medida del número de jefes de Estado y de Gobierno que asistan, algo que sigue siendo una incógnita.
Ni Boluarte ni Modi han respondido públicamente de manera positiva a la invitación de Zelenski para que asistan a la cumbre, a la que sí se ha anunciado la asistencia de líderes latinoamericanos como el presidente argentino, Javier Milei, y el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa.
Objetivo: atraer al Sur Global
La Cumbre de Paz ucraniana gravitará en torno a la llamada Fórmula de Paz presentada por Zelenski, un documento de diez puntos que reclama, entre otras cosas, la retirada de las tropas rusas de todo el territorio ucraniano, el retorno de los militares y civiles detenidos y el restablecimiento de la seguridad alimentaria y energética perturbadas por la invasión rusa.
Conscientes de la imposibilidad de conseguir un respaldo amplio a la exigencia de retirada de Rusia que vaya más allá de los países occidentales, Kiev aspira a lograr declaraciones de apoyo a la puesta en marcha de mecanismos para lograr el retorno de los prisioneros y los menores ucranianos deportados por Rusia.
La reapertura completa a las exportaciones alimentarias del mar Negro y del mar de Azov y la adopción de medidas que garanticen la seguridad energética y nuclear amenazadas por la guerra son los otros dos puntos en que Ucrania buscará el apoyo del mayor número posible de países.
La idea de Kiev es presentar las declaraciones que se firmen a Moscú, que no ha sido invitada a la cumbre, como medida de presión para que actúe en el sentido que reclaman las resoluciones.
Ucrania ya cuenta con el apoyo de la gran mayoría de países occidentales, y busca en esta cumbre cosechar también apoyos en África, Asia y Latinoamérica, donde Rusia sigue teniendo gran predicamento debido, en parte, al capital político conseguido por la URSS con su respaldo a los movimientos revolucionarios y anticolonialistas de estas regiones.
Rusia cultiva sus relaciones
El presidente ruso, Vladímir Putin, sigue cultivando estas relaciones y ha recibido este jueves en San Petersburgo al presidente de Bolivia, Luis Arce, con el que ha hablado de reforzar la cooperación y el comercio entre ambos países en campos como la energía atómica. Arce también ha participado en el Foro Económico que se celebra en la ciudad rusa.
Además de las afinidades ideológicas e históricas, del comercio y de la energía atómica, Rusia hace valer sus capacidades de defensa para ganar influencia en regiones como África.
Durante una visita a Burkina Faso, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, anunció el envío allí de más instructores militares para formar a un número adicional de soldados de ese país africano.
Escepticismo de China y Rusia
Sobre la Cumbre de Paz ucraniana que se celebrará en Suiza Putin ha criticado que no se haya invitado a Rusia pese a ser uno de los dos bandos en la guerra, algo que, a su juicio, despoja a la cita de cualquier utilidad o sentido.
Por su parte, Ucrania ha acusado a Rusia de intentar boicotear la cumbre con este tipo de posicionamientos.
Durante su visita el fin de semana a Singapur con motivo de una cumbre de seguridad asiática, Zelenski acusó también a China de poner su “influencia en la región” a disposición de Rusia para torpedear la cumbre de Suiza.
Pese al escepticismo mostrado por Pekín ante la Fórmula de Paz ucraniana, Kiev sigue trabajando para que China participe en la cumbre.
El primer viceministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrí Sibiga, se reunió este miércoles con funcionarios chinos en Pekín para intentar convencerles de la idoneidad de enviar representación el 15 y el 16 de junio a Bürgenstock. EFE