Enrique Rubio
Londres. Hubo un tiempo, en una galaxia no tan lejana, en que el ‘jedi’ que derrotó al Imperio respondía al nombre de Luke Starkiller y en que su amigo Han Solo, encarnado por Harrison Ford, olvidaría un guion en una casa de Londres que ahora ve la luz convertido en un pequeño tesoro.
El guion original de la primera película de la saga, “A New Hope”, que usó Ford en 1976 sale a subasta por decisión de sus dueños, los propietarios de la casa de Notting Hill (oeste de Londres) donde se alojó el actor durante el rodaje.
Se trata de una modesta joya, con un valor estimado relativamente bajo de entre 8.000 y 12.000 libras (9.400 y 14.000 euros), pero para los fanáticos de la odisea galáctica contiene pepitas de oro desde la primera página: “Las aventuras de Luke Starkiller, según se recogen en ‘Diario de los Whills'”, es el título de un texto que firma George Lucas.
Por aquel entonces, el personaje que interpretó Mark Hamill ni siquiera llevaba su nombre definitivo de Luke Skywalker.
Dicen los exégetas de la saga que Lucas realizó la modificación para evitar equívocos con el infame criminal Charles Manson (‘Starkiller’ significa ‘el asesino de la estrella’), que aterrorizó a Hollywood por aquellos años.
El propio Hamill lamentó en 2015 a través de sus redes sociales que cuando la película todavía se estaba filmando en Túnez y Londres, él aún se llamaba Luke Starkiller. “Qué triste”, escribió en Twitter (ahora X).
El guion que subastará la casa especializada Excalibur Auctions el próximo 17 de febrero es el cuarto borrador revisado sobre un total de cinco, con fecha de 15 de marzo de 1976.
Pese a estar incompleto, incluye escenas y personajes que acabarían desapareciendo del montaje definitivo.
Junto al texto, también se rematarán otros papeles que Ford dejó en la capital británica, como una carta de su agente Patricia McQueeney, llena de humor y guiños, en la que le reprocha no haber telefoneado a su entonces esposa, Mary Marquadt.
Un verano en Notting Hill
Más allá de la puja, existe una historia personal que vincula a Ford con la familia que ahora pone a la venta sus enseres.
En verano de 1976, Harrison Ford daba sus primeros pasos en el mundo del cine. Había tenido algunos pequeños papeles en ‘American Grafitti”, del propio Lucas, o en “La conversación”, de Francis Ford Coppola, “pero nadie sabía en lo que ‘Star Wars iba a convertirse’, explica a EFE Jonathan Torode, experto de la casa Excalibur.
Por eso, cuando alquiló los dos pisos superiores de una casa en la calle de Elgin Crescent de Notting Hill a un matrimonio que vivía en la planta baja, estos no tenían la mínima idea de quién era su insigne inquilino, dice Torode.
La familia conectó de inmediato con el actor, y disfrutaron de algunas deliciosas veladas estivales hablando de cine. Sin embargo, una mujer que trabajaba como empleada doméstica y que era aún más aficionada a las películas se llevó un buen susto al reconocerlo en la casa.
Los propietarios lo recuerdan como un arrendatario “excelente”, muy ordenado y educado. Según Excalibur, el actor quiso contribuir aportando de su propio dinero para comprar nuevas plantas para el jardín donde celebraban sus cenas.
Por esa casa, que se calcula que Ford debió de alquilar entre seis y ocho meses, pasaron también sus compañeros de reparto, como Hamill o Carrie Fisher, que dio vida a la princesa Leia.
Ahora los dueños de las cosas que las estrellas dejaron a su paso, ajenas seguramente al impacto que causaría la película, las ponen a la venta con el objetivo, explica Torode, de ayudar económicamente a sus nietos. EFE