Carlos McCoy
No es un tremendismo, los números de migración, baja natalidad, disminución de la población, inmigración ilegal, indican exactamente lo que dice el título de este trabajo. Nuestro país se desvanece.
La emigración dominicana hacia el extranjero va in crescendo. Según estudios de Barómetro de las Américas: 60 % de los jóvenes quiere emigrar. Ya, el 20% de los dominicanos viven fuera del territorio nacional, mayormente en Estados Unidos y España.
Los principales motivos para esta creciente emigración de dominicanos son la precaria situación económica, la inseguridad, la falta de oportunidades y el deterioro social.
La República Dominicana, en gran parte de los primeros 20 años del presente siglo, mantuvo un dinámico desempeño económico con un crecimiento del PIB per cápita cercano al 4%, el más alto de América Latina y con baja inflación.
Todo eso se ha derrumbado en el último trienio y ya el Banco Central y algunas entidades financieras internacionales han anunciado una caída en la economía para este y el año próximo.
A este poco auspicioso panorama futuro debemos agregarle el permanente deterioro de la situación de nuestros vecinos, lo que los impulsa a emigrar hacia la parte oriental de la isla y el nuevo ingrediente de darle incentivos a la juventud estudiosa dominicana para estimularlos a salir del país, hasta llegar al extremo de celebrar en territorio nacional por primera vez en nuestra historia una Expo Migración.
Lean las informaciones promocionando el acontecimiento publicadas en varios periódicos nacionales:
“El próximo 21 de octubre se estará celebrando la Expo Migración 2023, la primera edición en la República Dominicana de este evento que busca ser un espacio de información para jóvenes universitarios que deseen iniciar una nueva vida en el extranjero.
Los asistentes podrán disfrutar de conferencias, talleres y sesiones de orientación personalizada, permitiendo la interacción con profesionales para obtener información sobre temas legales, trámites migratorios, oportunidades laborales, educación, vivienda y asistencia, entre otros».
Con este tipo de eventos estamos dejando ir talentosos jóvenes dominicanos universitarios y en cambio admitiendo ilegales, analfabetos y enfermos que la mayoría ni siquiera hablan nuestro idioma. Como dato final, en el último censo nacional, vimos que la población dominicana continúa decreciendo y por el contrario la haitiana sigue en aumento.
Esa ecuación solo tiene un resultado. En muy poco tiempo, la población haitiana en toda la isla será la mayoría. De hecho, ya está sucediendo en las provincias de la frontera y en lugares tan al Este como Friusa en Bávaro y Verón en Punta Cana (comunidades turísticas por excelencia). donde según datos del Ministerio de Inmigración, el mayor porcentaje de los habitantes de estas comarcas son haitianos.
Esta tendencia no se vislumbra vaya a detenerse, con una población haitiana sumida en la ignorancia y la pobreza extrema. No existe la mínima idea de un programa de planificación familiar y por el contrario tienen en el sexo uno de los pocos placeres que pueden disfrutar, pues es tan barato que, para practicarlo, ni siquiera ropa necesitan.
Nuestro consejo final es que cuando visiten la República Dominicana tomen muchas fotos y videos para que, en un futuro cercano, le muestren a nuestros hijos y nietos como era una vez “Quisqueya la bella”.
Antes de que Luís Abinader, el Osorio del siglo XXI, la reubicara con sus modernas devastaciones.
