Humberto Almonte
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!
Analista de Cine
En las sociedades de todos los tiempos ya es un reto sobrevivir si se pertenece a un estrato económico bajo o a una etnia distinta a las mayoritarias, pero es aun más difícil cuando tu identidad sexual diverge a la de aquella ” mayoría”. Desde ahí parte el documental colombiano Wërapara, chicas trans, que posa su mirada en este conglomerado.
La cineasta Lucrecia Martel nos llamaba la atención y puntualizaba que los criollos o mestizos no trataron a los pueblos originarios mejor que el colonizador español, una situación que se prolonga hasta nuestros días y es otra de las vertientes a la que se asoma esta analítica y sensible obra audiovisual.
Wërapara, chicas trans se centra en Las vidas de Marcela, Jaima, Gina, Alexa, Roxana y Pamela, las cuales transcurren entre las montañas de los Andes colombianos: allí siembran la tierra, cultivan y cosechan café, fabrican artesanías, cuidan de sus hogares, y ante todo, honran su territorio y cultura ancestral. Ellas conforman un grupo de mujeres trans de la comunidad Emberá Chami ubicada en el resguardo indígena Karmata Rua, que ha ido labrando su camino a pesar de las dificultades.
Claudia Fischer dirige y también escribe el guion. La fotografía es de Felipe Paz y la música es autoría de Santiago Lozano, la canción principal fue compuesta por Alexa Yagari, una de las chicas trans Emberá. La duración es de 81 minutos.
La película ha sido seleccionada oficialmente en veinticuatro festivales de cine como son: Sarasota Native American Film Festival , International Women’s Film Festival – DK , Global Nonviolent Film Festival, Santander International Film Festival (FICS), Short Invictus, Muestra de Cine Daupará, Silver State Film Festival, Lost River Film Fest, LIFFY Film Festival, Motion Pictures International Film Festival, Queer International Film Festival, LGBTQ Unbordered International Film Festival, L.A. Neo Noir Novel, Film, & Fine Festival, All that Moves International Film Festival , Bridge Fest , consiguiendo ser premiado en Porto Femme – International Film Festival , Hobnobben Film Festival, Cooper Awards, Mabig Film Festival, Global Film Festival Awards y obtener menciones de honor en Seoul International Monthly Film Festival , Titan International Film Festival, Sofia Art Film Awards, Kiez Berlin Film Festival .
La realizadora Fischer visibiliza lo trans contextualizando a estas chicas desde sus realidades cotidianas y comunitarias, desde la evolución de sus historias personales hasta aterrizar en una actualidad, que sin llegar a las violentas oscuridades del pasado, no deja de estar llena de complejidades existenciales.
Mujeres de barro y flores de la tierra
Las distancias exactas entre las chicas, la comunidad, la cámara y Fischer, la directora, son guardadas debido a la claridad mental de esta, ni tan cerca que influya en exceso, ni tan lejos que deje de percibir la intensidad del pensamiento y los efluvios emocionales de los testimonios emanados desde estas valientes protagonistas.
Wërapara tiene la tonalidad de un relato con múltiples matices expresados en un presente discontinuo por sus asomos al pasado, contado en el tono mesurado con que se cuentan las realidades vividas, despojado eso sí, de todo sensacionalismo o victimismo. El documental se asienta en un concepto rítmico enlazado a la idiosincrasia Emberá Chami.
A Marcela, Jaima, Gina, Alexa, Roxana y Pamela las unen esas luchas por el ejercicio de su identidad de género, lo que inicia dentro de su familia, su comunidad y continúa en su país en defensa de sus tierras o la violencia que se ejerce contra ellas en tanto trans e indígenas.
La obra documenta la cotidianidad trabajosa en donde ellas ejercen como agricultoras, artesanas, deportistas, ceramistas, modelos o Jaibanás, que es un liderazgo espiritual continuador de las sabidurías ancestrales de los pueblos originarios, conviviendo e integrándose a sus comunidades en sus dinámicas, lo que no borra las discriminaciones o exclusiones, otorgándoles un lugar importante allí.
Este documental confronta a los transexuales Emberá con ellas mismas asumiendo sus testimonios y colocándolos de frente con sus familiares. Poniéndonos delante de dos miradas, dos voces y dos formas de ver la vida; la propia y la de los familiares cercanos, siendo allí donde se plantean las contradicciones más fuertes que son las de asumirse y afirmarse en su identidad para defenderla dentro de las intimidades familiares y comunitarias, como poéticamente lo describe Alexa Yagari en su canción: «Siempre mujer, convertida en la flor del colibrí, perfume con aroma a tierra mujer de barro, flor de la tierra, chica trans, siempre mujer, con perfume dulce a mujer de barro, esa soy yo”.
En su estructura narrativa y rítmica, así como en su base conceptual con solidas raíces antropológicas, este audiovisual apela a un minimalismo que amplifica la efectividad expresiva estableciendo comunicación con el espectador sin apelar a efectismos estruendosos, produciendo una especie de empatía consciente.
Deconstruyendo prejuicios con imágenes
Ese último tramo centrado en el desfile de modas nos parece emblemático, pues ese desfile es el motor inicial desde donde partió este proyecto que se extendió hasta profundizar en las historias particulares y en el contexto geográfico y cultural. La actividad constituye en sí misma una subida de nivel por poner en valor las habilidades artísticas de sus protagonistas y al final Fischer nos regresa muy bellamente al trajinar diario de las chicas.
Wërapara, chicas trans de Claudia Fischer, estrenado en Colombia en estos días, consigue una inmersión consciente dentro del espacio íntimo del espectador, de la comunidad y del macroespacio colombiano de este colectivo trans, uniendo las particularidades de sus luchas identitarias con el ejercicio de su sexualidad dentro de la cosmovisión Emberá, un pueblo originario. Fischer se coloca dentro de los altos estándares del documentalismo de su país y sale airosa.











