Luis Miguel Pascual
París. El noruego Casper Ruud, cuarta raqueta del mundo, y el danés Holger Rune, sexta, volverá a verse las caras en cuartos de final de Roland Garros un año más tarde, en busca de una semifinal que jugarán contra el ganador del duelo entre el argentino Tomás Etcheverry y el alemán Alexander Zverev.
En el cuadro femenino se reeditará la final del año pasado entre la polaca Iga Swiatek, númer 1 del mundo, y la estadounidense Coco Gauff, dos rondas antes, minetras que el otro puesto en la semifinal se lo dirimirán la tunecina Ons Jabeur y la brasileña Beatriz Haddad.
A la espera de que mañana jueguen sus cuartos de final el español Carlos Alcaraz, número 1 del mundo, y el serbio Novak Djokovic, número 3, los dos grandes favoritos del torneo, la parte más fácil del cuadro mantuvo a sus dos supervivientes de mejor ránking.
Ruud tuvo que emplearse a fondo para derrotar al chileno Nicolás Jarry, especialista en tierra batida, que le había ganado hace diez días en Ginebra, al que batalló para vencer en tres sets, 7-6(3), 7-5 y 7-5.
El partido fue más parejo de lo que reflejó el marcador final, porque Jarry llegó a disponer de ventaja en cada uno de los sets, pero no la supo concretar, todo lo contrario que el noruego, que hizo prueba de una mayor experiencia en los momentos clave.
El chileno, de 27 años, que por vez primera alcanzaba los octavos de un Grand Slam, el segundo jugador con más victorias sobre arcilla del año, vendió cara su piel, pero Ruud logró imponer su autoridad.
Más difícil lo tuvo Rune, que tuvo que batallar hasta el último suspiro para salvarse de la trampa que le tendió el argentino Francisco Cerúndolo, que ya había decapitado a cuatro top-10 esta temporada y estuvo a un suspiro de hacerlo con el quinto.
Pero el danés se aferró a un partido que se resolvió en el “super tie break” del quinto set, por una ventaja ínfima, 7-6(3), 3-6, 6-4, 1-6 y 7-6(7), con más golpes ganadores y menos errores no forzados del argentino, que nunca antes había alcanzado unos octavos.
Rune, de 20 años, sobrevivió al acoso del argentino, de 24, que con la mejor actuación en un grande de su vida se asegura entrar entre los 20 mejores.
El nuevo duelo contra Ruud servirá para confirmar la progresión del danés en esta temporada, en la que ha jugado las finales de Montecarlo y Roma, mientras que el noruego llega con peores resultados que el año pasado cuando se impuso en tres sets para acceder a las primeras semifinales de un Grand Slam.
El otro cuarto lo jugarán el alemán Zverev, que está recobrando el momento de forma que tenía antes de la lesión que sufrió en este mismo escenario hace un año, y el argentino Etcheverry, la revelación del torneo, que solo contaba con una victoria en Grand Slam y está entre los 8 mejores de Roland Garros.
El germano se deshizo del búlgaro Grigor Dimitrov, 6-1, 6-4 y 6-3 para clasificarse por quinta vez para los cuartos de un torneo donde en las dos últimas ediciones llegó a semifinales, la última de ellas marcada por una lesión que le mantuvo medio año sin competición.
El alemán parece regresar con fuerza y buscará sus terceras semifinales consecutivas frente al sorprendente Etcheverry, el único junto con el serbio Novak Djokovic que alcanza ese peldaño sin perder un set, el único de todos los cuartofinalistas que nunca había llegado tan lejos en un Grand Slam.
Pero el número 49 del ránking demostró una gran adaptación a la tierra batida, donde ha ido superando a rivales de la talla del australiano Alex de Miñaur o del croata Borna Coric, antes de derrotar al japonés Yoshihito Nishioka, visiblemente disminuido tras el primer set, 7-6(8), 6-0 y 6-1.
En el cuadro femenino Swiatek sigue avanzando como una centella hacia su tercer título en París, el segundo consecutivo, ayudada esta vez por la retirada de la ucraniana Lesia Tsurenko, que se sintió mal cuando estaba a punto de perder el primer set, 5-1.
La polaca está a dos escalones de la final habiendo perdido solo 9 juegos y con 4 horas y 4 minutos en pista, un imparable recorrido que recuerda al que el año pasado le llevó a levantar la Copa Suzanne Lenglen.
Lo hizo tras derrotar en la final a Gauff, que será su rival en cuartos de final tras haberse impuesto a la eslovaca Anna Karolina Schmiedlova, 7-5 y 6-2 y clasificarse por tercera año consecutivo para esa ronda.
El otro puesto en la semifinal se lo jugarán Jabuer contra Haddad.
Derrotada el año pasado en primera ronda, la tunecina alcanzó por vez primera los cuartos en París, el único Grand Slam donde todavía no lo ha hecho, tras vencer a la estadounidense Bernarda Pera, 6-3 y 6-1.
Haddad, que nunca antes había disputado unos octavos de un grande, la primera brasileña en cuartos de final de un Grand Slam desde Maria Bueno en 1966 y la primera en hacerlo en Roland Garros desde esa misma jugadora en 1964.
Accedió a esa ronda tras derrotar en un épico encuentro a la española Sara Sorribes, también neófita a esas alturas de un grande, 7-6(3), 3-6 y 7-5, tras 3 horas y 51 minutos de batalla, el tercer partido femenino más largo de Roland Garros y el décimo en todos los torneos desde que hay mediciones.