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Trasplante de cejas, ¿una solución definitiva?

Las cejas son un elemento esencial de nuestro rostro, tanto en lo que respecta a la salud como a su estética. Para protegerlas y embellecerlas, podemos aplicar una serie de sencillos autocuidados cotidianos, y en algunos casos, recurrir a tratamientos quirúrgicos, como el injerto.

Estas dos franjas capilares curvadas y móviles, protegen los ojos del sudor o la lluvia que fluyen por la cara; de la irradiación solar y de agentes externo como el polvo o la arena. Por otro lado, enmarcan y potencian la mirada, complementan la función protectora de las pestañas y aportar expresividad y belleza facial.

Además, las cejas están muy implicadas en la expresión de nuestros distintos estados de ánimo y la imagen personal que proyectamos hacia los demás y perciben quienes nos rodean.

Cuanto más afiladas sean las aristas de nuestras cejas, más distante y agresiva será nuestra expresión; cuánto más redondeadas sean sus formas, más amabilidad y dulzura proyectará nuestro rostro hacia los demás, según los especialistas en la estética del óvalo facial.

Al igual que el cabello, las pestañas y las uñas, las cejas requieren de unos cuidados especiales, que fomenten su crecimiento y lozanía naturales.

Algunas recomendaciones para conseguir y mantener unas cejas densas y pobladas son: evitar una depilación excesiva y repetida, mantener unos buenos hábitos de higiene del rostro y llevar una dieta equilibrada con alimentos ricos en vitamina B y D, según explican desde el Hospital Capilar (HC).

Desde HC aconsejan “realizar un lavado diario con jabones específicos para el cuidado de la cara, así como retirar, con los productos cosméticos adecuados, los restos de fijación y maquillaje, evitando friccionar las cejas de manera agresiva”.

Hoy en día está muy extendido maquillarse las cejas. Debemos procurar siempre emplear productos de calidad para evitar dañarlas”, enfatizan.

También existen productos farmacológicos, como los análogos de prostaglandinas, utilizados en los sérums de pestañas, así como el vasodilatador tópico Minoxidil que, según HC, “necesitan aplicarse con asesoramiento y constancia para conseguir los mejores resultados, al igual que ocurre con todos los tratamientos cosméticos”.

Los sérums a base de análogos de prostaglandinas son un pilar esencial para conseguir mayor densidad en las cejas, según HC.

CEJAS MENOS DENSAS.

No obstante, con el paso del tiempo las cejas van perdiendo densidad y forma por el envejecimiento, lo que lleva a un creciente número de personas a buscar soluciones a la pérdida capilar en esa zona, mediante técnicas como el ‘microblading’ o el injerto de cejas, explican desde el Hospital Capilar (HC).

“Experimentar estrés o ansiedad sostenidos y padecer alopecia androgenética, problemas hormonales en la menopausia o desarreglos en la tiroides, principalmente el hipotiroidismo, son algunas de las principales causas de la pérdida de cabello en las cejas”, según la doctora Raquel Amaro, del equipo médico de esta clínica.

“También influyen negativamente en la salud y lozanía de las cejas, algunas reacciones del sistema inmunitario (defensas orgánicas), los tratamientos de quimioterapia o radioterapia, y la depilación excesiva mantenida en el tiempo”, asegura.

En muchos de estos casos, el pelo puede volver a crecer con normalidad una vez que se elimina o desaparece el factor desencadenante de la alopecia”, explica la doctora Amaro.

Los expertos de esta corporación de cirugía capilar explican a EFE en qué consisten respectivamente el injerto y el ‘microblading’ de cejas.

DOS TÉCNICAS DIFERENTES.

Explican que el injerto de cejas “es una intervención prácticamente indolora en la que se trasplanta el pelo del propio paciente a la zona con carencia de vello, para que nazca de forma natural tras la intervención, siendo actualmente la única opción que permite aumentar de manera definitiva la densidad capilar”.

Por su parte, el ‘microblading’ o micropigmentación, es una técnica semipermanente que, tras realizar una serie de cortes, deposita el pigmento imitando la forma y el color de las cejas originales, en una capa de la piel distinta a la que se utiliza en un tatuaje convencional.

“La piel se compone de tres capas principales: la epidermis, que es la capa más externa y delgada; la dermis que es una capa de tejido fibroelástico de sostén; y la hipodermis, formada fundamentalmente por tejido adiposo”, explica a EFE la doctora Raquel Amaro.

El microblading se realiza de manera más superficial que los tatuajes y la principal diferencia radica en la cantidad y tipo de tinta o pigmento que se inocula“, señala Amaro.

El efecto del ‘microblading’ dura entre 8 y 12 meses, mientras que el injerto es una solución permanente que no necesita renovarse y que incluso permite modificar, mediante depilación, el diseño de las cejas realizado en la intervención, según HC.

“Los resultados finales del injerto de cejas se irán apreciando a lo largo de seis meses, periodo en el que el paciente notará una mayor densidad”, subraya Amaro.

“Mediante el ‘microblading’ podremos lograr resultados naturales y realistas, pero temporales, que únicamente dibujan el pelo en la piel y generan el efecto óptico de tener cejas nuevamente, aunque en realidad seguimos sin tenerlas”, explica la doctora Amaro.

Con el trasplante de cejas, los resultados no son visibles de inmediato, pero esta técnica solo requiere someterse a una sesión de cirugía y un mantenimiento posterior mínimo, para obtener el resultado definitivo, apunta la especialista de HC.

Explica que el implante de cejas es una cirugía menor que se realiza a nivel ambulatorio con anestesia local y dura entre 3 y 4 horas. Consiste en extraer unidades foliculares (agrupaciones de pelo) de la zona donante (la nuca del paciente), para separar pelos individuales e implantarlos en la zona receptora: las cejas.

Tras el injerto el paciente vuelve a los 10 días y se le hace un lavado para eliminar las últimas costras que pudieran quedar aplicándole un tratamiento regenerador con Plasma Rico en Plaquetas o PRP, un derivado de la sangre de la persona que se inyecta en la zona intervenida.

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