Derrotados 48 horas antes en Philadelphia por los Bulls, los 76ers se vengaron este miércoles en Chicago con un contundente triunfo por 116-91, en un partido dominado de principio a fin, comenzado con un 17-0, en el que Joel Embiid pudo gestionar energías y dejar la pista tras la primera mitad.
El lunes en Philadelphia los Bulls cortaron la racha de ocho triunfos consecutivos de los 76ers tras dos prórrogas, con una nueva señal de crecimiento tras imponerse en casa, también tras dos prórrogas, contra los Minnesota Timberwolves.
Pero este miércoles en el United Center los 76ers, sin James Harden, dieron un golpe en la mesa y aplastaron a los Bulls para mantener el pulso por la segunda posición en la Conferencia Este con los Boston Celtics.
Los Sixers (49-23) son terceros, detrás de los Celtics (50-23), pero tienen un partido menos.
El equipo de Doc Rivers conectó 16 triples de 37 y llegó al descanso por encima del 50 % de acierto desde el arco, con doce canastas que dejaron ya encarrilada la victoria.
De’Anthony Melton brilló con 25 puntos y cuatro triples, Tyrese Maxey aportó 21 con cuatro triples, y Tobias Harris firmó veinte, con tres triples.
Embiid solo jugó 16.18 minutos, con doce puntos, siete rebotes y siete asistencias.
En los Bulls, DeMar DeRozan vivió una de las noches más deslucidas de su carrera, con cuatro puntos y cero de siete en tiros. Zach LaVine metió 16 puntos y Nikola Vucevic no pasó de los ocho. El mejor de Chicago fue Coby White, con 19 puntos.
Los Bulls, que relanzaron sus ambiciones de alcanzar la postemporada con una serie de valiosas victorias en las últimas dos semanas, al imponerse a los Denver Nuggets, los Sixers o los Timberwolves, no pudieron contener el ímpetu de los Sixers.
Nunca entraron en el partido y sus opciones de victoria se acabaron tras apenas tres minutos, cuando Billy Donovan pidió tiempo muerto con los 76ers ya por delante 17-0.
Los Bulls anotaron su primer punto desde la línea de libres con 8.28 por jugar en el primer período y hubo que esperar otros noventa segundos antes de que llegaran los primeros puntos con tiros de campo. Fue Nikola Vucevic, con un mate, en romper una sequía que condenó a Chicago.
Intentaron reaccionar los locales y recortaron distancias hasta el 29-17 en ese primer período, pero los 76ers anotaron con facilidad desde el arco y, con Maxey y Tobias Harris al frente, se fueron al descanso por delante 76-48.
Ese margen permitió a Doc Rivers dar descanso a un Embiid que acabaría su partido con doce puntos sin desgastes de energía en la segunda mitad.