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Santo Domingo

Maduro: un dictador abrumado por el miedo

José Flandez

Entre tanto La Corte Penal Internacional profundiza sus investigaciones por crímenes de lesa humanidad en Venezuela y Estados Unidos mantiene vigente la recompensa de 15 millones de dólares por su captura, el dictador venezolano no se atreve a viajar al extranjero a ningún evento al que sea invitado, como por ejemplo a la reunión de la CELAC efectuada recientemente en Argentina, por temor, alegando que supuestamente le quieren tender una emboscada.

Maduro envió un video a dicha reunión hemisférica, en donde emitió un mensaje grabado asegurando que hubiese querido estar presente, pero que no pudo por «razones que escapan a nuestra propia voluntad», entre esas razones se refirió a «la persecución permanente y a las emboscadas que se calculan»

Ojalá que este dictador repugnante algún día sea capturado, juzgado y condenado por sus crímenes, para que pague por todo el inmenso daño que entre él, Diosdado Cabello y Hugo Chávez, a nombre de una supuesta revolución, le ocasionaron al noble pueblo venezolano.

No sé qué más tiene que hacer el cínico y perverso dictador Nicolás Maduro para ser considerado por todos los demócratas, como lo que es: un criminal de lesa humanidad.

Y es que con todo y haber sometido a su pueblo a los mayores sufrimientos, crímenes y humillaciones, hay quienes lo apoyan, argumentando conceptos falsos y vacíos, como el de la supuesta soberanía, que en el caso de Venezuela a quien hay que exigir su respeto es a Cuba y al entreguista, traidor y lacayo tirano usurpador.

El concepto de la no injerencia es el argumento al que se aferran las dictaduras genocidas como la de Maduro, para que la comunidad internacional, representada en sus organismos multilaterales, que en realidad debería ser más activa y efectiva velando por el respeto a los derechos humanos, no interfiera en su forma despiadada de gobernar.

Hay que resaltar que en los países donde más se respetan los derechos humanos, no se viven enarbolando constantemente esos conceptos de “soberanía y no injerencia”, porque allí obviamente no temen a que los organismos internacionales intervengan en sus asuntos internos, ya que son respetuosos de las normas por las que deben regirse.

 Venezuela, un país sometido a la barbarie por el llamado socialismo del siglo 21, donde se irrespetan todos los derechos humanos, donde la economía hace rato que hizo aguas, cayendo su producto interno bruto alrededor de un 50% de su volumen. donde la hiperinflación tocó los techos de la estratosfera y campea la escasez y el hambre, es un país que merece ser gobernado de otra manera en la que se respeten las instituciones democráticas y prevalezca el estado de derecho. 

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