Si la designación de embajadores fuera un indicador de la importancia que un gobierno otorga a otros países, la República Dominicana no parecería ocupar un lugar muy alto en la agenda del presidente Joe Biden.
Esto lo decimos porque a casi dos años de haberse instalado la gestión presidencial del señor Biden, la embajada americana en el país permanece sin su embajador de manera formal.
Al momento de salir publicada esta columna, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, no ha dado a conocer al mundo la designación de un nuevo embajador de ese país para la República Dominicana.
Aunque reconocemos que la responsabilidad de estos nombramientos no recae exclusivamente sobre la Casa Blanca, pues cada una de estas designaciones deben ser confirmadas por el Senado, pero no menos cierto es que resulta muy sospechoso que por segundo año consecutivo el Estado dominicano no tenga un embajador norteamericano.
Recientemente leímos una lista colgada en el portal de la Casa Blanca sobre la nominación de unos 25 nuevos embajadores de varios países alrededor del mundo, y en ese listado no figuraba la postulación del próximo embajador estadounidense en República Dominicana.
La última embajadora estadounidense en República Dominicana lo fue Robin Bernstein. Robert Thomas, el encargado de negocios de la embajada, fue el encargado interinamente de reemplazar al embajador o jefe de misión en su ausencia. Después de ahí, nadita de nada.
Qué estará pasando, ¿por qué los Estados Unidos mantiene esta Isla caribeña tan geopolíticamente estratégica para sus intereses huérfana de un embajador en su sede diplomática en el país?
¿Qué pudiera explicar que un Estado tan clave para la Patria de Lincoln en los ámbitos comerciales y de flujos migratorios aún permanezca sin embajador en su sede en Santo Domingo?
Finalmente, ¿Cuáles motivaciones impulsarán a esa nación y sus elites a entender que el control es tan estricto y cabal sobre la República Dominicana que no es necesario enviar allí de manera inmediata un embajador?. De verdad que no entiendo.