Ramón A. (Negro) Veras
Introducción
1.- El hombre o la mujer que vive en sociedad no debe portarse despreocupado e indolente con lo que afecta a su comunidad. Enfrentar y de cualquier forma censurar lo infecundo es aportar para la solución de las dificultades sociales.
2.- No hay duda de que inquieta la forma de comportarse la generalidad de los miembros que componen la comunidad dominicana. La propagación y extensión de mala conducta muestran su afianzamiento y revelan que con el transcurrir de los años han sido perfectamente asimiladas y negativamente muy bien aprovechadas por sus receptores.
3.- La realidad de nuestro país prueba en lo ético y moral que aquí hay sectores contrarios a todo lo que significa vicio y degeneración social, aunque esto no quiere decir que como sociedad la degradación sea ajena a la esencia misma del sistema que le sirve de caldo de cultivo.
I.- Formar la niñez con sólida conducta
4.- El carácter con el cual se ha levantado la juventud nuestra de los últimos años, es sumamente débil, carece de vigor y prueba haber tenido una orientación que cede ante cualquier influencia extraña.
5.- El más profundo y alto sentido de los principios que rigen la moral del ser humano son aquellos que se adquieren en la niñez, y son los mismos que van a determinar sus potencialidades para compartir y querer a los demás por el solo hecho de formar parte de la comunidad humana.
6.- Los métodos educativos resultaron no ajustados a la realidad, no acertaron en el objetivo que debe perseguir todo progenitor de entregarle a la sociedad un ser humano que ajuste sus actuaciones a las normas de buen vivir.
7.- Nos espera un futuro promisorio si ahora salvamos la niñez para que no sea tocada con conductas indecorosas, como la generalidad de los integrantes de la generación presente, cuyos miembros con sus acciones dejan una mala opinión ante sus conciudadanos.
8.- Si se lleva a cabo una labor de tomar medidas para evitar que de la niñez dominicana se apoderen las taras que acompañan a muchos de los adultos, de seguro que en el mañana no van a sobresalir los deshonestos.
9.- Nuestro pueblo debe confiar que si logramos salvaguardar a nuestra niñez para que se prepare decente y honestamente, una vez haya madurado espiritualmente, con conciencia de su compromiso social, actuará cumpliendo con su deber, respondiendo con solidez ética y moral.
10.- Ante la presencia de personas que hoy nos avergüenzan por sus actuaciones indecorosas, deben llegar aquellas que prueben haber sido formadas en su niñez para tener todas las cualidades deseables en un ciudadano o munícipe magistral, todo porque fue bien hecho, ausente de vulgaridades y de las taras que acompañan a los desvergonzados de hoy.
11.- Corresponde a los padres y madres darles a nuestra niñez conocimientos para crear en ella la base de principios éticos y morales, para que mañana sean adultos estupendos porque darán a sus ciudadanos prueba de servir de primer modelo. Producir un hombre o una mujer de correctas actuaciones se logra plasmando en su cabeza una doctrina para accionar conforme las buenas costumbres.
II.- Misión de los padres
12.- La demasiada condescendencia que se les manifiesta a los niños, no prueba la buena educación que se les está dando. El papá y la mamá dan demostración de don educativo por la enseñanza que bien reciben sus vástagos. El jovencito, que sale del hogar dañado, entra al medio social a pervertir por culpa de sus guías hogareños.
13.- Lo que está revelando la sociedad dominicana, es que los padres tienen que someterse a un profundo examen en lo que se refiere a la formación de sus hijos, y la revisión que precisan no tiene espera, porque los controles requeridos por sus hijos son de tal urgencia que más tarde sería muy triste.
14.- Los ascendientes deben someterse a una sincera autocrítica y saber que están obligados a revolver su forma de educar, darle vuelta atrás a los métodos que han utilizado para entregarles a la sociedad un material humano bien hecho, realizado adecuadamente y confeccionado a la medida.
15.- El padre que bien enseña en el hogar hace de perfecto docente y entrega a la sociedad un ser humano digno de ser modelo de ciudadano.
16.- A los hijos hay que aportarles ideas, conocimientos y los principios que en el curso de su existencia les van a servir de guía en sus actuaciones. Aceptar ser papá quiere decir hacerse cargo del comportamiento responsable del futuro munícipe y ciudadano.
17.- Lo menos que pueden hacer los adultos de hoy, no comprometidos con la degradación ética y moral de la sociedad dominicana actual, es preocuparse para quedar bien distantes de los que ahora, en nombre de acumular la mercancía dinero sin ningún esfuerzo, obran en forma desvergonzada, sin importarles ser calificados como sobresalientes en gamberradas.
18.- Mañana, cuando el país esté compuesto por la niñez salvada hoy, se podrá decir que en este fango social, progenitores se ocuparon de dejarles al porvenir descendientes venerables.
19.- Sería un logro que la niñez de hoy, ya mañana en la adultez pueda renegar de lo que fue el indecoroso proceder de sus ascendientes, muchos de los cuales en la actualidad simbolizan la perversión.
20.- No resulta nada fácil lograr reeducar a amplios segmentos de la sociedad que han caído en la más profunda degeneración ética y moral.