Filadelfia. Sin los lesionados Joel Embiid, James Harden y Tyrese Maxey, los Sixers dieron la campanada este martes al vencer a los Brooklyn Nets en el esperadísimo y morboso regreso a Filadelfia de Ben Simmons (115-106).
Pocos partidos estaban más señalados en el calendario que la vuelta del australiano a la cancha de los Sixers.
Tras un larguísimo y surrealista culebrón que le dejó fuera de las pistas toda la temporada pasada hasta irse a los Nets (con ellos tampoco jugó hasta este curso), Simmons, abucheado en cada acción por los fans de Filadelfia, firmó en su primer duelo ante su exequipo una sólida actuación con 11 puntos (4 de 7 en tiros), 7 rebotes y 11 asistencias.
Técnicamente no era su primera vez en el Wells Fargo Center como el 10 de Brooklyn ya que hubo un Sixers-Nets el pasado 10 de marzo.
Pero en aquella ocasión, Simmons solo escuchó los pitidos desde el banquillo por una lesión.
En un duelo a priori muy complicado por la ausencia de sus figuras, los Sixers (9-8) dieron un recital de baloncesto colectivo y magnífico esfuerzo con numerosos nombres dando un paso al frente.
Tobias Harris (24 puntos y 6 rebotes), De’Anthony Melton (22 puntos) y Paul Reed (19 puntos y 10 rebotes) fueron los mejores de unos Sixers que metieron 16 de 32 en triples y que aplastaron a los Nets en la batalla por el rebote (49 contra 35)
Tras 17 partidos seguidos con más de 25 puntos en cada uno, Kevin Durant se quedó en 20 puntos y 6 rebotes.
En los Nets (8-10), que solo conectaron 9 de 28 en triples, también destacó Kyrie Irving (23 puntos).
TODOS MIRAN A SIMMONS
Desde que salto inicial lo ganaron los Nets, todos los ojos estuvieron puestos sobre Simmons.
El base recibió una enorme pitada cada vez que tocó el balón por parte de una de las aficiones más apasionadas pero también beligerantes de la NBA.
Simmons, sin embargo, respondió a ese ambiente ‘infernal’ con una pasmosa serenidad.
Así, el australiano repartió tres asistencias en las tres primeras posesiones de los Nets dando una encomiable sensación de compostura y tranquilidad.
Al margen del ‘caso Simmons’ (cada tiro suyo fallado se celebraba como un triple sobre la bocina), los Sixers compensaron su falta de talento por las bajas con triples, rebotes y mucho trabajo coral.
De esta manera, Filadelfia cerró el primer cuarto mandando en el marcador (33-26).
Con jugadores como De’Anthony Melton, Georges Niang o Paul Reed, los Sixers, muy dinámicos y valientes, empezaron a creérselo y saltaron las primeras alarmas en los Nets (42-30 con 8.45 para el descanso).
Los neoyorquinos, en los que Kevin Durant había tirado del carro en el primer cuarto, reaccionaron con Kyrie Irving y Seth Curry.
Simmons se lució con una secuencia de tapón y mate, pero los Sixers seguían dominando y contagiaron a un público muy dispuesto a calentar el ambiente.
El que mejor entendió la intensa atmósfera de este partido fue Niang, que retó en varias ocasiones a Durant y que se encaró con Simmons (también recibió una flagrante muy discutible por un roce con el base).
Con todo ello, un triple sobre la bocina de Melton llevó a los Sixers al descanso con ventaja (63-57) gracias a un 10 de 19 en triples, 13 rebotes ofensivos y 30 puntos de su banquillo.
Los Nets entraron con fuerza al tercer periodo y retomaron el control del encuentro con un parcial de 5-12 en la reanudación (68-69 con 7.32 en el reloj).
Pero la respuesta local llegó con 6 puntos seguidos de un Tobias Harris que justo antes había dado el susto al dolerse del tobillo.
Más agresivo que en la primera mitad, el alero de Filadelfia facilitó que los Sixers llegaran por delante a los últimos doce minutos en un partido cada vez más igualado (85-82).
Paso a paso, los de Doc Rivers caminaron hacia una fabulosa victoria gracias a la constante y fluida aportación de todos sus jugadores.
Primero era Reed, luego Melton, después Harris… Y entre todos crearon una diferencia importante ante unos Nets con muy poca química (96-87 con 8.10 para el final).
Ni Durant ni Irving surgieron en modo heroico y los Sixers remataron sin problemas el triunfo para mandar a Simmons de vuelta a Brooklyn con una derrota bajo el brazo.